Mujeres del Bicentenario: Embajadora María Eugenia Echeverría

Artículo

22 de julio de 2021

 “El Perú bicentenario tiene el potencial para relanzarse como un país creativo e innovador, (…) donde las mujeres son parte integral del proceso de transformación”

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La historia de la Embajadora María Eugenia Echeverría y su vocación hacia el Servicio Diplomático inicia con sus primeras experiencias laborales. Su primer puesto en el exterior fue la Misión Permanente del Perú en Ginebra, la cual -sostiene- “fue la mejor escuela para una joven diplomática, pues aprendes a canalizar los intereses de tu país a través de la negociación multilateral”.

Para la Embajadora Echeverría la naturaleza de su trabajo se vio influida por el hecho de que el Perú tenía una misión relativamente pequeña comparada con otros países. Ante ello asumió responsabilidades que en otras delegaciones estaban a cargo de diplomáticos con mucha mayor experiencia. “En ese sentido, me enorgullece haber aportado al equipo que lideraba el embajador Oswaldo de Rivero, que cumplió la mayoría de sus metas en las negociaciones de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y desarrollo (UNCTAD), en las negociaciones comerciales de la Ronda Uruguay del GATT, el Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Países en Desarrollo (SGPC), el Grupo de Consulta y Cooperación Sur-Sur, etc. y, sobre todo, logró que, por el profesionalismo y la dedicación de los diplomáticos peruanos, la Misión del Perú tuviera más peso en las consultas y negociaciones que el que nos podría haber correspondido por el tamaño de nuestra economía, ubicación estratégica, entre otros”, afirma la Embajadora.

A nivel personal, subraya haber logrado “reengancharse” exitosamente en el servicio activo después de un buen número de años en la disponibilidad, que solicitó por razones personales. Durante esos años terminó su maestría, empezó un doctorado y estuvo en el directorio de una fundación suiza con proyectos de educación en América Latina, como responsable de Honduras y luego del Perú, buscando siempre mantener el vínculo con su propio país. Además, viajaba siempre a Lima y estaba al tanto de los eventos en el país. Sin 2 embargo, cuando regresó al Ministerio, encontró cambios en el organigrama, en los procesos y también en las temáticas pues el país había cambiado.

“Para poner un ejemplo, yo, en Ginebra, había estado a cargo de las negociaciones sobre agricultura en la Ronda Uruguay del GATT, donde el Perú era muy activo en el grupo de países importadores netos de alimentos. Ahora éramos parte del grupo Cairns, de exportadores de productos agrícolas, además de haber el GATT dado paso a la OMC. Por otro lado, dentro del Ministerio solo me conocían los de mi generación y mayores, pero nadie más, por los años que yo había estado fuera del servicio activo. Así que de alguna manera hubo que comenzar de nuevo”, nos comenta.

Cambios favorables
“Cuando ingresé al servicio, en 1982, en la promoción de 22 éramos cuatro mujeres. Ahora entran, por lo general, más chicas que antes; hasta hemos tenido un par de promociones con más mujeres que hombres”, precisa la Embajadora. Asimismo, señala que otro cambio importante son los exámenes de ingreso descentralizados en las regiones, lo que ha llevado a un servicio más representativo de lo que es el país. Casi un 30% del servicio son mujeres, con un porcentaje mayor en las categorías iniciales.

Por otra parte, hay más mujeres en puestos de dirección que en los 80 y más embajadoras aunque solo 19 de 100. “Es decir, estos números se tienen que seguir incrementando. Hace falta asegurar - de una manera regular y no como algo esporádico - una mayor presencia de las mujeres en los ascensos y continuar a nombrarlas en puestos directivos”, afirma.

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Existe una evolución a nivel de la toma de conciencia sobre el beneficio que representa para el desarrollo de los países, evaluado incluso en términos del crecimiento del PIB, de la inclusión plena de la mujer en las distintas actividades y también a nivel de la toma de decisión y se han asumido compromisos internacionales sobre el tema -equidad de género, violencia contra la mujer, etc.- que han producido avances a nivel nacional. En el Ministerio, desde el año 2017, funciona el Grupo de Trabajo sobre Igualdad de Género y existe un Plan de Actividades sobre reducción de brechas de género.

Retos y anécdotas profesionales
Rumania fue su primer puesto como jefa de misión y embajadora concurrente ante República de Moldavia, Croacia, Montenegro y Macedonia del Norte. “Uno podría pensar que están muy lejos del Perú, pero no es así, hay muchos intereses compartidos y 3 posibilidades de cooperación. Cuando viajas a reuniones de trabajo, actividades culturales, etc., puedes comprobar el interés de trabajar con el Perú y de conocerlo. A este conocimiento mutuo contribuyen también las comunidades en nuestros respectivos países: tenemos muchos peruanos de origen croata, varios de ellos muy destacados, y, por otro lado, las comunidades peruanas en estos países, si bien no son grandes y están plenamente integradas a sus países de acogida, no pierden su peruanidad y continúan difundiéndola”, afirma.

“Quisiera recordar una anécdota que habla del compromiso que tenía el Embajador Javier Pérez de Cuéllar con la diplomacia peruana y de su disponibilidad para compartir con los colegas jóvenes, a pesar de su recargada agenda como secretario general de las Naciones Unidas. En 1988, cuando yo estaba en la Misión Permanente del Perú en Ginebra, el Embajador Pérez de Cuéllar llegó a esa ciudad, en el marco de las negociaciones de paz que conducía entre Irán e Irak, para sostener una serie de reuniones de alto nivel. Eran los últimos años de la Guerra Fría; una de las cumbres entre Reagan y Gorbatchev había tenido lugar en Ginebra. A pesar de ello, el embajador Pérez de Cuéllar había aceptado participar en una reunión privada de confraternidad solo entre diplomáticos peruanos, lo que fue para nosotros un inmenso honor. Años antes, en Lima, a pocas semanas de empezar a ejercer el cargo de secretario general de la ONU, también aceptó la invitación que le hicimos para participar en nuestra ceremonia de graduación de la Academia Diplomática”, señala la Embajadora.

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Nos comenta que, como consejo para sus colegas, resaltaría “la importancia de trabajar con entrega y compromiso en cada uno de los puestos que tengan y, si en algún momento están en una encrucijada y tienen que cambiar sus planes, tener presente que el camino no es siempre recto ni previsible”.

Bicentenario Perú
Su reflexión sobre el bicentenario empieza por el escenario internacional, el cual -indicaseguirá marcado en los próximos años por la pandemia y los esfuerzos por hacer frente a sus estragos sobre la economía, el comercio, la cooperación internacional, entre otros, junto con la atención a otros temas que ya eran cruciales, como el cambio climático.

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“Ha habido cambios positivos que indican que la acción multilateral puede volver a jugar un rol importante para abordar estos y otros problemas globales, algo con lo que nuestro país está comprometido, hoy más que nunca. El bicentenario nos encuentra con enormes falencias en casi todos los campos, muchas de las cuales cumplen también 200 años o más. Uno de los principales problemas, que daña la autoestima nacional y la esperanza en nuestro proceso político es la corrupción y ahora la COVID, con sus numerosas pérdidas en vidas humanas, económicas y en indicadores sociales y que ha puesto en evidencia que, a pesar del crecimiento económico y la reducción de la pobreza de estas últimas décadas, tenemos debilidades estructurales en salud, educación, informalidad”, sentencia.

Toda crisis es al mismo tiempo una oportunidad para replantear paradigmas y es con ese espíritu que el Perú bicentenario debe acometer las tareas urgentes que tiene por delante. “Con su riqueza multicultural, su mega diversidad, su milenario bagaje, su población aun mayoritariamente joven y emprendedora, el Perú bicentenario tiene el potencial para relanzarse como un país creativo e innovador, que trabaja para reforzar sus instituciones democráticas, para asegurar oportunidades para todos y donde las mujeres son parte integral del proceso de transformación. La diplomacia peruana debe, desde su campo de acción, coadyuvar a este esfuerzo y a contribuir a solucionar los problemas que afectan al planeta a través de la acción multilateral”, finaliza 

Documentos

Vista preliminar de documento Mujeres del Bicentenario - Embajadora María Eugenia Echeverría

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