Mujeres del Bicentenario: Embajadora Luzmila Zanabria Ishikawa

Artículo

21 de junio de 2021

 “El Bicentenario es una oportunidad de reflexionar más que de celebrar”
 
Embajadora Luzmila Zanabria Ishikawa

Desde pequeña, Luzmila Zanabria Ishikawa decidió que quería ser Embajadora y aunque el camino fue largo no solo cumplió su meta, sino que fue la tercera mujer en alcanzar el rango de Embajadora en la historia de la Cancillería en 1988. Todo un logro y un ejemplo para futuras generaciones.

Nacida en la ciudad de Ayacucho, su historia de vocación al servicio diplomático se inició desde muy pequeña cuando conoció al Embajador de España en el Perú, Fernando Castiella y Maiz, más tarde Canciller español, quien se alojó en su casa familiar en una visita a la ciudad. “Desde entonces, cuando me preguntaban qué quería ser de grande, decía que quería ser Embajadora”, enfatiza.

Al terminar el colegio, decidió continuar sus estudios universitarios en Lima. Hizo tres carreras - Derecho, Periodismo y Diplomacia- en siete años. Era una estudiante muy dedicada. Sin embargo, la primera vez que dio sus exámenes para ingresar al Servicio Diplomático, a fines de los sesenta, desaprobó. “Fue un golpe psicológico muy duro. Pienso que tenía tres desventajas en esa época: ser provinciana, tener apellido japonés y ser mujer”, nos comenta la Embajadora Zanabria. Tras un año de enseñar en una universidad, se presentó nuevamente al examen, impulsada por sus amigos y familiares, y esta vez logró ingresar.

Embajadora Luzmila Zanabria Ishikawa

Su labor como diplomática
Su primer puesto fue como secretaria de un Embajador, mientras veía que otros de sus colegas se ocupaban de temas políticos y económicos más importantes. Poco tiempo después quedó a cargo del Archivo, donde realizó un trabajo de organización muy minucioso que impresionó al Embajador Felipe Valdivieso, con quien pasó a trabajar en la Subsecretaría de Planeamiento y a quien describe como un diplomático ejemplar y admirable, tanto como los Embajadores Julio Ego Aguirre y Walter Stubbs, “modelos de diplomáticos, de grandes cualidades profesionales y personales”, agrega.

Su primer puesto en el exterior fue como encargada del Consulado General del Perú en México, donde, además de las funciones consulares, cumplió muchas tareas administrativas como archivo, comunicaciones y valija. Esta última tarea era especialmente demandante pues implicaba preparar la valija diplomática con documentos oficiales, además de dejarla y recogerla en el aeropuerto, lo que se complicaba por el horario de los vuelos, que en ese entonces partían a la medianoche desde México y llegaban a las 5 am desde Lima.

Como anécdota de su labor consular, la Embajadora Zanabria cuenta que, en el Mundial de 1970, los aficionados peruanos llegaron con sus cheques del Banco de la Nación que no eran reconocidos en México. Ella tuvo que garantizar los depósitos, abrir una cuenta y endosar cheques ante la banca mexicana. “Perdí algo de dinero, pero mis compatriotas se sintieron atendidos y estuvieron contentos”, nos cuenta la Embajadora Zanabria.

En 1995, como Directora General de Asuntos Consulares, en pleno conflicto con el Ecuador, viajó a Quito, Loja y Guayaquil para, junto a los cónsules peruanos, visitar a los connacionales detenidos. Habló con todo tipo de autoridades civiles, militares, regionales y locales, y así se logró liberar a aquellos que no tenían causa de detención

Embajadora Luzmila Zanabria Ishikawa

Logros y metas
Tuvo el honor de liderar el diseño de la estrategia para el ingreso del Perú a APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico). Durante su misión en Naciones Unidas, había trabajado en la iniciativa peruana “Medidas Inmediatas a favor de los Países en Desarrollo”, la cual fue llevada a la Cumbre de los No Alineados y hecha suya por la entonces primera ministra de la India, Indira Ghandi; sin duda, un logro para la política exterior peruana. Ello le permitió cultivar contactos de alto nivel y apreciar el lugar que ocupaba el Perú en el mundo y su potencial. “Ello facilitó mi gestión en el diseño y la ejecución de la estrategia para convertir al Perú en miembro de APEC, lo que se logró en 1998, cuando yo cumplía funciones en China, gracias al esfuerzo de muchos funcionarios y a la continuidad del objetivo de política exterior”, afirma.

“En mi carrera he tenido la suerte de trabajar con personas inteligentes que han sabido valorar a los funcionarios, más allá de ser hombres o mujeres”, nos detalla y precisa: “Por mi experiencia, pienso que las mujeres debemos dar la batalla en los mismos campos y con las mismas armas, que son el conocimiento, la dedicación al trabajo y la capacidad de mostrar que sabes. Debemos actuar en el escenario que nos toque con toda naturalidad y con fe en nuestras capacidades”.

Embajadora Luzmila Zanabria Ishikawa

La Embajadora Zanabria considera que los diplomáticos deben conocer el país ante el cual se van desempeñar, lo que no significa viajar como turistas sino estudiar el país para identificar cuáles son los mecanismos con los que un diplomático tiene que trabajar para cumplir su función.

En su trayectoria, la Embajadora Zanabria se ha guiado por este principio. Así, como jefa de Misión en Paraguay (1991-1994), logró involucrar a personas de la comunidad y empresarios locales para acompañar una exitosa visita presidencial. Asimismo, se estableció la Cámara de Comercio Peruano-Paraguaya, y se abrió la ruta aérea y terrestre entre Lima y Asunción. Como jefa de Misión en China (1996-2001), su deber de estudiar al país y sus instituciones la llevó a conocer a Hu Jintao -antes de ser presidente- en una visita de trabajo que hizo a la Escuela Central del Partido Comunista, de la cual él era director. Además, como parte de su tarea de promoción comercial, se logró abrir el mercado chino para ciertas frutas peruanas. También se suscribieron acuerdos de intercambio de estudiantes y se negociaron apoyos mutuos en foros multilaterales. En el ámbito cultural, se realizó una exposición arqueológica peruana en la sede del Museo Nacional de China y - algo inédito- una exposición de pintura peruana en la Ciudad Prohibida de Beijing. Todo ello sembró las semillas para la profundización de la relación bilateral y la actual asociación estratégica integral entre Perú y China.

Por otra parte, siendo jefa de Misión en Bolivia (2004-2006), se inauguró el Consulado del Perú en El Alto para la mejor atención de los connacionales y se llevó adelante el Tratado General de Integración y Cooperación Económica y Social. Como jefa de Misión en Portugal (2006-2009), siendo este un país tan culto, cuyo Día Nacional celebra al notable escritor Luís de Camões, fue especialmente importante organizar actividades de promoción cultural para estrechar los lazos entre el Perú y Portugal. Así, además de exposiciones, presentaciones y festivales, fue muy gratificante trabajar junto a las autoridades locales para poner de relieve la figura de Túpac Amaru II, cuyo hijo, Fernando, había sobrevivido en 1786 al naufragio del navío español “San Pedro de Alcántara” frente a las costas del pueblo de pescadores de Peniche.

“La cultura es el mejor vehículo para hacer conocer tu país, encontrar afinidades, llegar al gobierno y a la población del país ante el cual estás acreditado”, indica.

Embajadora Luzmila Zanabria Ishikawa

Bicentenario del Perú
Para la Embajadora Zanabria, el Bicentenario es una oportunidad de reflexionar más que de celebrar. “Necesitamos una reflexión conjunta sobre qué hemos hecho y qué tenemos que hacer para convertirnos en una nación de ciudadanos. En el plano internacional, tenemos que pensar cómo vamos a manejarnos con China y con Estados Unidos, más allá de las declaraciones, para darle contenido a nuestras relaciones internacionales, en beneficio de nuestro país”, finaliza 

Documentos

Vista preliminar de documento Mujeres del Bicentenario - Emb. Luzmila Zanabria Ishikawa.pdf

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