Trabajamos de la mano con los pescadores artesanales por la sostenibilidad de los recursos pesqueros

El Gobierno Regional de Piura, a través de la Dirección Regional de la Producción (Direpro) y la Asociación de Pescadores Artesanales Pinteros de la Caleta de Chulliyachi (Sechura), se reunieron para abordar la problemática del uso de artes de pesca prohibidos, que generan la depredación de los recursos marinos, y buscar alternativas de solución a corto plazo.

Durante la reunión realizada en Chulliyachi, y en la que participó el director regional de la Producción, Segundo Alzamora Encalada, se indicó que el denominado “bolichito de fondo” es un método destructivo, prohibido mediante la Resolución Ministerial Nº 304-2022-PRODUCE, porque no solo arrasa con los peces de tallas juveniles y especies acompañantes, especialmente la cabrilla, sino que también compromete la sostenibilidad de los bancos naturales y el sustento de miles de familias dedicadas a la pesca.

“A la comunidad pesquera regional, le reiteramos que es un compromiso del Gobierno Regional, trabajar para asegurar el aprovechamiento responsable y sostenido de los recursos pesqueros y lo haremos de manera conjunta y articulada con el Ministerio Público, Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi) y la Policía de Medio Ambiente, a través de un plan de trabajo que permita fortalecer las acciones de fiscalización y potenciar sus capacidades logísticas y operativas”, señaló Segundo Alzamora Encalada, director regional de la Producción Piura.

Asimismo la Direpro se comprometió a realizar una campaña de sensibilización con los pescadores artesanales sobre los impactos negativos de las artes de pesca prohibidos y promover las buenas prácticas de pesca sostenible.

El “bolichito de fondo” es un arte de pesca que por sus características técnicas y de operación es clasificado como no determinado y no reglamentado, es una modalidad de pesca, que no es amigable con los ecosistemas marinos, ya que al utilizarse en zonas costeras suele capturar especies por debajo de las tallas mínimas establecidas por ley, afectando así a la sostenibilidad de la actividad pesquera. Desde el año 2012, su uso se encuentra prohibido en todo el litoral peruano.

El “bolichito de fondo”, a pesar de estar prohibido, continúa siendo utilizado en la zona de Chulliyachi, lo cual podría generar la desaparición de los recursos pesqueros y por lo tanto poner en peligro el futuro de la pesca artesanal en la bahía de Sechura. Su uso causa daños al ecosistema, y miles de familias que dependen directamente de la pesca artesanal se ven afectadas por la disminución de sus capturas.