Después de años de espera, la luz llegó a San Felipe de Malingas: colocan primer poste de electricidad

Un momento histórico se vivió la tarde del martes 3 de junio en San Felipe de Malingas, cuando se colocó el primer poste del proyecto “Ampliación de redes de distribución en el departamento de Piura”. Este acto simbólico no solo marcó el inicio de una obra largamente esperada, sino también el renacer de la esperanza para cientos de familias que por décadas vivieron sin acceso a un servicio básico como la electricidad.

Esta obra, financiada al 100 % por el Gobierno Central, electrificará 7,281 viviendas en 330 localidades de cinco provincias de la región. En el distrito de Tambogrande, más de 600 viviendas serán beneficiadas, siendo San Felipe de Malingas una de las zonas más impactadas.

En esta primera fase, se electrificarán 77 viviendas en San Felipe de Malingas, una cifra que puede parecer modesta, pero cuyo alcance es trascendental. Se trata de familias ubicadas en zonas rurales de difícil acceso, con extensas distancias entre caseríos, pendientes agrestes y ausencia de servicios básicos. El esfuerzo técnico y logístico necesario para llevar energía hasta estos puntos demuestra el compromiso real por cerrar brechas donde históricamente no ha llegado el desarrollo.

La ceremonia congregó a decenas de pobladores de Malingas y caseríos cercanos, quienes, con alegría y expectativa, fueron testigos del primer paso concreto hacia una vida más digna. Estuvieron presentes el gerente regional de Desarrollo Económico, Ing. Antonio Valdiviezo; la directora regional de Energía y Minas, Ing. Gaby Julca Cumbicus; el alcalde de Tambogrande, Segundo Meléndez Zurita; el alcalde del centro poblado de Malingas, Wilmer Flores; el representante de Desarrollo Social de la Municipalidad de Malingas, Edgar Palacios; y el dirigente del sector San Felipe, Sr. Austradio Rufino.

Durante sus intervenciones, las autoridades destacaron el trabajo articulado entre el Ministerio de Energía y Minas, el Gobierno Regional de Piura —a través de la Dirección Regional de Energía y Minas—, y las municipalidades de Tambogrande y Malingas. Gracias a esta coordinación, se logró reactivar un proyecto que estuvo años paralizado por expedientes técnicos deficientes y el desinterés de anteriores gestiones.

La puesta del primer poste no fue solo un acto técnico: fue un acto de justicia. Representa el inicio de una transformación que cambiará la vida de cientos de familias agricultoras, que hoy ven más cerca la posibilidad de que sus hijos estudien de noche, que sus productos se conserven mejor, y que el desarrollo deje de ser una promesa para convertirse en una realidad.