Huánuco: HUANUQUEÑAS LÍDERES DEL EMPRENDIMIENTO
Nota de prensa




Fotos: Ofic. Regional de Comunicaciones, Imagen y Protocolo
6 de agosto de 2021 - 1:45 p. m.
CRÓNICA: La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura, así como en la crisis que nace la iniciativa, los descubrimientos y las grandes estrategias. Es así que, Consuelo Sánchez Mori, de 50 años, se innovó de la música a la panadería, esto para poder sustentar su casa y a sus dos hijos.
Durante la difícil situación económica que atravesaba Consuelo, por la pandemia tuvo un gran dolor que hasta ahora no supera por completo, ya que la Covid-19 le arrebató a su padre y a causa de este virus su madre no fue atendida por el cáncer que sufría lo que causó su pronta partida a la eternidad.
“La pandemia se llevó a mis padres, y la situación se hacía cada vez más crítica, yo trabajaba en la música y para sobrevivir tuve que vender mis instrumentos a un bajo precio”, nos contó entre lágrimas. Cuando la situación era cada vez más complicada para ella por ser madre soltera, empezó a vender chicha en los puestos de los mercados sufriendo abusos porque no la dejaban trabajar debido al aforo y para evitar la propagación del virus.
Aunque el hambre y su amor de madre pudo más que el virus, por lo que, arriesgándose a contraer el virus, se modernizó a la nueva forma de trabajar llevando delivery de canastas familiares para las personas enfermas por la Covid-19 y para los que se aislaban, a la par empezó vender almuerzos que ofrecía a sus vecinos, amigos y personas cercanas a ella.
Consuelo relata que nunca pensó encontrarse como si navegara sin rumbo, pero gracias a que forma parte del programa Aurora del Ministerio de la Mujer donde presta acompañamiento voluntario desde ya 2 años a mujeres que fueron violentadas, ingresó a ser parte del taller de panadería y pastelería de la Dirección Regional de Trabajo que se realiza en convenio con el Cetpro San Luis Gonzaga.
Con el taller de panadería aprendió a preparar panes, empanadas, pasteles, y otros, que también prepara en su casa junto a sus hijos quienes la apoyan para vender a los hogares de cada vecino cercano a la Av. Alameda de la República de la ciudad de Huánuco y llevar un sustento a su hogar, cubriendo los gastos del agua, la luz y el internet para las clases virtuales. “En el programa Aurora doy acompañamiento a 2 mujeres por año, las llamo para saber cómo se encuentran y ayudarlas a sobresalir del trauma”, agregó.
Las manos de Consuelo ya emprenden, porque su experiencia como estudiante de panadería, le permitió aprender e intercambiar ideas, que le abren puertas para mejorar su economía familiar, “yo estoy iniciando un negocio preparando panes en un hornito artesanal, además la pandemia enseñó a mis hijos a ayudarme, estoy orgullosa de ellos porque uno es universitario y otro está en el colegio”, finalizó.
Por su parte, Elsa Palacios López, de 63 años, dirigente del club de madres de su barrio en el predio El Tingo, gestionó la apertura del taller de panadería y pastelería en diciembre de 2019 y este fracaso a causa de la pandemia, pero eso no la detuvo ya que cuando inició la reactivación económica gestionó nuevamente y a la fecha ha llevado a 4 grupos de 15 mujeres que han aprendido a realizar panes, empanadas y otros; “como presidenta del club de madres, he aprendido a trabajar coordinadamente, y estamos juntándonos con 15 mujeres que han sido parte de este taller para empezar un negocio propio, es un sueño para todas tener nuestra propia panadería”, refirió Elsa, dando a conocer que la Dirección Regional de Trabajo ya inspeccionó el espacio donde pondrán el negocio, y además solicitó un horno para el emprendimiento del club de madres que dirige.
Contó que, durante la pandemia tuvo el apoyo de sus hijos para sustentar su casa y apoyar a las madres que padecían por falta de trabajo o por diferentes motivos, por eso se reunió con un grupo de mujeres para realizar ollas comunales que han brindado alimentos a las familias afectadas de su zona, y gestionó más apoyo con otras instituciones públicas que brindaban trabajos por alimentos apoyando a 80 madres.
Poco a poco más mujeres, madres y con ganas de emprender van reuniéndose para buscar una solución y hacerle frente a esta pandemia, porque a veces también hacen el papel de padres para sus hijos, con entusiasmo siguen trabajando día a día.
Durante la difícil situación económica que atravesaba Consuelo, por la pandemia tuvo un gran dolor que hasta ahora no supera por completo, ya que la Covid-19 le arrebató a su padre y a causa de este virus su madre no fue atendida por el cáncer que sufría lo que causó su pronta partida a la eternidad.
“La pandemia se llevó a mis padres, y la situación se hacía cada vez más crítica, yo trabajaba en la música y para sobrevivir tuve que vender mis instrumentos a un bajo precio”, nos contó entre lágrimas. Cuando la situación era cada vez más complicada para ella por ser madre soltera, empezó a vender chicha en los puestos de los mercados sufriendo abusos porque no la dejaban trabajar debido al aforo y para evitar la propagación del virus.
Aunque el hambre y su amor de madre pudo más que el virus, por lo que, arriesgándose a contraer el virus, se modernizó a la nueva forma de trabajar llevando delivery de canastas familiares para las personas enfermas por la Covid-19 y para los que se aislaban, a la par empezó vender almuerzos que ofrecía a sus vecinos, amigos y personas cercanas a ella.
Consuelo relata que nunca pensó encontrarse como si navegara sin rumbo, pero gracias a que forma parte del programa Aurora del Ministerio de la Mujer donde presta acompañamiento voluntario desde ya 2 años a mujeres que fueron violentadas, ingresó a ser parte del taller de panadería y pastelería de la Dirección Regional de Trabajo que se realiza en convenio con el Cetpro San Luis Gonzaga.
Con el taller de panadería aprendió a preparar panes, empanadas, pasteles, y otros, que también prepara en su casa junto a sus hijos quienes la apoyan para vender a los hogares de cada vecino cercano a la Av. Alameda de la República de la ciudad de Huánuco y llevar un sustento a su hogar, cubriendo los gastos del agua, la luz y el internet para las clases virtuales. “En el programa Aurora doy acompañamiento a 2 mujeres por año, las llamo para saber cómo se encuentran y ayudarlas a sobresalir del trauma”, agregó.
Las manos de Consuelo ya emprenden, porque su experiencia como estudiante de panadería, le permitió aprender e intercambiar ideas, que le abren puertas para mejorar su economía familiar, “yo estoy iniciando un negocio preparando panes en un hornito artesanal, además la pandemia enseñó a mis hijos a ayudarme, estoy orgullosa de ellos porque uno es universitario y otro está en el colegio”, finalizó.
Por su parte, Elsa Palacios López, de 63 años, dirigente del club de madres de su barrio en el predio El Tingo, gestionó la apertura del taller de panadería y pastelería en diciembre de 2019 y este fracaso a causa de la pandemia, pero eso no la detuvo ya que cuando inició la reactivación económica gestionó nuevamente y a la fecha ha llevado a 4 grupos de 15 mujeres que han aprendido a realizar panes, empanadas y otros; “como presidenta del club de madres, he aprendido a trabajar coordinadamente, y estamos juntándonos con 15 mujeres que han sido parte de este taller para empezar un negocio propio, es un sueño para todas tener nuestra propia panadería”, refirió Elsa, dando a conocer que la Dirección Regional de Trabajo ya inspeccionó el espacio donde pondrán el negocio, y además solicitó un horno para el emprendimiento del club de madres que dirige.
Contó que, durante la pandemia tuvo el apoyo de sus hijos para sustentar su casa y apoyar a las madres que padecían por falta de trabajo o por diferentes motivos, por eso se reunió con un grupo de mujeres para realizar ollas comunales que han brindado alimentos a las familias afectadas de su zona, y gestionó más apoyo con otras instituciones públicas que brindaban trabajos por alimentos apoyando a 80 madres.
Poco a poco más mujeres, madres y con ganas de emprender van reuniéndose para buscar una solución y hacerle frente a esta pandemia, porque a veces también hacen el papel de padres para sus hijos, con entusiasmo siguen trabajando día a día.