Huánuco: UNA VISIÓN HECHA REALIDAD

Nota de prensa

Fotos: Ofic. Regional de Comunicaciones, Imagen y Protocolo- cortesía

Ofic. Regional de Comunicaciones, Imagen y Protocolo

16 de junio de 2021 - 6:08 p. m.

CRÓNICA: Una vida dedicada a ayudar y salvar a los que más necesitan, más de un cuarto de siglo en escuchar los consejos de su amada esposa y 13 años nombrado en un nosocomio que lo acogió y se convirtió en su segundo hogar; Héctor Alberto Crisanta Salas, es el médico oftalmólogo del Hospital Regional Hermilio Valdizán y hoy nos cuenta su historia:
“A mis 61 años, sé que a diario me espera una ardua labor en el hospital de contingencia de Huánuco, atiendo a más de 20 pacientes diarios, pese a los escasos recursos y equipos biomédicos con los que contamos, sin embargo, el camino que he tomado ha sido gratificante para mí, porque me ayuda ser más sensible, a saber, que la carrera que escogí es la que me llena y me da satisfacciones inimaginables”.
La antigua infraestructura del hospital, era muy precaria, las paredes tenían rajaduras y los techos llenos de agujeros que malograban los equipos médicos, además de ambientes insalubres y falta de personal. Es por ello que se planteó desde un inicio la construcción de una moderna infraestructura, y fue Héctor uno de los soñadores y visionarios que propugnó férreamente una nueva instalación, con nuevos equipos, moderna y con todas las áreas médicas; ¡Héctor y todo el equipo del Valdizán, lo lograron!
“Logramos obtener nuevos equipos para el área de oftalmología, gracias a donaciones de fundaciones y también una camioneta para la atención a las zonas altoandinas, logrando que muchos puedan ver y sanar a quienes se estaban quedando sin visión”, acotó Héctor, mientras atendía una llamada de un paciente que requería sus servicios, claro, ad honorem, porque nuestro entrevistado es filantrópico.
Fue reasignado de la Red de Salud de Leoncio Prado al Hospital Hermilio Valdizán desde el año 2008, se dedicó a la labor asistencial, fue convocado para formar parte de diversos comités para impulsar el proyecto de mejoramiento resolutivo del Hospital III-1, fue testigo presencial del plan, proyección e inicio de la obra y se siente feliz de ver cristalizado su sueño. Héctor, el oftalmólogo que soñó con los ojos bien abiertos y que sintió que se puede ver los sueños.
“Los ambientes donde laborábamos eran muy reducidos, tanto en la antigua infraestructura como en el contingencia, pero siempre pensamos que era pasajero, pero fueron años que nos hemos quedado en esta instalación de La Esperanza, las antiguas autoridades no avanzaron mucho y eso nos desanimaba, sin embargo ahora, me satisface y alegra que estrenaremos en nuevas salas de operaciones, nuevos equipos y una moderna infraestructura que beneficiará a todos los huanuqueños”, con brillo en los ojos Héctor nos relata que parte de su trabajo son las anécdotas, y una de ellas es cuando viajó con un equipo médico a la provincia de Yarowilca, y quedó abandonado, llegando tarde a su casa y siendo regañado por su esposa.
La pandemia llegó con sus bemoles y cambió el panorama, Héctor pasó a trabajo remoto, reduciéndose las atenciones a 8 consultas diarias, con temor a ser contagiado cada vez que le tocaba guardia, y con el sueño de su nuevo ambiente, trabajar con todos los equipos para atender a pacientes con problemas de visión, es un reto para Héctor, porque ahora tendrá el fortalecimiento de equipos como el tomógrafo, excimer láser, lámparas de hendiduras nuevas y otros; además de que necesita como parte de su equipo un optómetra, 2 enfermeros y 6 técnicos, por lo que, solicitó el traslado del oftalmólogo Mirko Rivera, quien actualmente labora en el Hospital Materno Infantil Carlos Showing Ferrari. “Antes los dos éramos general, capitán y soldado, ahora el trabajo será más fácil, cuando tengamos la cantidad de recursos humanos totalmente organizados”, agregó.
A pesar de todo, indicó que la mitad de todo su trabajo por la salud pública es sugerencia, impulso y apoyo de su esposa, aunque la gestión del sector público no es muy agradable para él, porque se ganó enemigos y no comprenden su labor. “Da gusto porque mi granito de arena, ahora se ve hecho realidad”.
En este nuevo local, será necesario crear y fortalecer la demanda con el apoyo del cuerpo médico, quienes tengan la voluntad de proponer acciones para mejorar y llegar al nivel III-1 pronto, porque todavía se atenderá como un nosocomio de nivel II-2. “Mi anhelo es atender a los más pobres en estos ambientes y con equipos de alta calidad tecnológica”, indicó.
Según Héctor, la proyección de la ceguera en Huánuco esta por 0.7% debido a la enfermedad de la catarata, siendo así que, de 750 mil habitantes, 3 mil personas están ciegas por catarata, y no se están operando por esperar la atención en sus hogares y pueblos, por lo que es importante fortalecer el primer nivel de atención.