Proyectos del INIA promueven el uso de abonos con materia orgánica.

Nota Informativa

1 de marzo de 2018 - 1:31 p. m.

El INIA, a través del PNIA, ha desarrollado tres proyectos en diferentes regiones del país que promueven la producción de abonos a partir de los residuos de materia orgánica de las actividades agropecuarias, favoreciendo el cuidado del medio ambiente.

En Ayabaca (Piura) los miembros de la Asociación de Pequeños Productores de Panela Cataratas de Limón, dejan secar la cachaza (los restos de la caña de azúcar) sobre los campos de cultivo para que, luego de un proceso de degradación natural, sean incorporados al suelo. Asimismo, la cachaza es uno de los ingredientes utilizados –junto con el estiércol del ganado vacuno– para producir un abono natural.

El compost también puede elaborarse con estiércol de cuy, tal como lo hacen las agropecuarias del Club de Mujeres San Pedro de Carash en Huari (Áncash). Ahí, este producto es utilizado para la fertilización de los pisos forrajeros.

Por su parte, en las 10 hectáreas destinadas al cultivo de la maca de la Asociación de Agropecuarios Junín –asentada en la provincia del mismo nombre- se esparcen 28 toneladas de guano de ovino para mejorar la productividad de la tierra. Esta labor se realiza 270 días antes de la cosecha para garantizar la descomposición de la materia orgánica.

Estos tres casos muestran el aprovechamiento de la materia orgánica -por parte de los agropecuarios peruanos- para evitar la contaminación por desechos sólidos al suelo.