Historias que nos unen: Septuagenario mantiene vivo legado de Arguedas

Nota de prensa
Se ha convertido en uno de los historiadores autodidactas más buscados en su región
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23 de marzo de 2024 - 8:00 a. m.

Cuando cumplió 15 años, Fidel Gutiérrez Quintana obtuvo un ejemplar de 'Agua', el primer libro de cuentos que publicó el mítico literato José María Arguedas. Fue así que un día salió del colegio y devoró el título que tenía entre manos. Desde ese momento, el joven quedó cautivado por la pluma del 'Tayta', a quien tomó como una inspiración y modelo, más aún cuando se enteró que nació y creció entre las calles de su bella Andahuaylas.

“Me sorprendí cómo el maestro Arguedas introdujo el mundo andino y sus costumbres a la literatura peruana”, confesó Fidel, un hombre que ya alcanzó los 70 años y le fascina todas las expresiones artísticas, como la música y las danzas grupales. Incluso, con el pasar de las décadas, se ha convertido en uno de los historiadores autodidactas más buscados en su distrito por los turistas y peruanos que desean explorar en la vida del escritor.

Lleno de carisma y entusiasmo, el septuagenario afirmó que peruanos y extranjeros le piden que haga recorridos por las calles en las que caminó el autor de 'Los ríos profundos' y cuente detalles pocos conocidos de su vida.

“En 1933, José María Arguedas publicó 'Warma kuyay', su primer cuento en la revista Signo de Lima, pero tal fue su importancia y relevancia en los departamentos del país, que en su primer libro 'Agua' lo incluyó. Esta obra le permitió ganar el segundo premio de la Revista Americana de Buenos Aires”, agregó con precisión.

También reforzó una de las historias que recorre Andahuaylas sobre el escritor, cuando era niño y en el colegio se enamoró de una iqueña de nombre Pompeya, pero quien le rechazó por nacer en la sierra peruana.

Fidel ha dedicado su vida a investigar sobre todos los detalles del 'Tayta', con el objetivo de impulsar su legado y compartir con todos el impacto que dejó en Perú. “Hasta ahora, cuando estoy pensativo o me siento solo, los relatos del maestro me acompañan”, destacó.

Gutiérrez también dijo que uno de sus sueños es escribir un libro, o al menos un cuento que sirva como tributo a Arguedas por aportar tanto en su vida y enseñarle el orgullo que debe haber por las costumbres andinas. Aunque aún no sabe cómo enfocar su relato, se ha propuesto dar el primer paso, pues nunca es tarde para cumplir las metas que uno de traza.

“A veces me paro afuera de la casa del gran José María Arguedas, que está en el jirón Teofilo Menacho en Andahuaylas, y recuerdo los amores que tuve, cómo le compartía a mis hijos sus obras, las decepciones que pasé, y todo lo que he reído y llorado, porque al final todo lo que vivimos enriquece el alma”, reflexionó.

Con una sonrisa en el rostro, confesó que pronto espera publicar un cuento para que todos en Apurímac conozcan su corazón. “No estará a la altura del gran Arguedas, pero será una forma compartir mis más profundos sentimientos”, concluyó.

Lima, 23 de marzo de 2024
Unidad de Comunicación e Imagen
Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65

Esta noticia pertenece al compendio Historias Que Nos Unen