Historias que nos unen: La mejor obra del 'Pincel de Ilo'

Nota de prensa
Ha retratado a miles de personas, pero el cuadro más preciado que conserva es el de su nieta
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16 de marzo de 2024 - 6:59 a. m.

Desde los 14 años, Miguel Rodríguez Alverdi tuvo una gran afición por la pintura, en especial con los rostros de las personas. Su gran talento y dedicación lo llevó a ser reconocido en Ayacucho y luego en Moquegua, donde se estableció y formó su familia. Ahora que sobrepasa las 7 décadas, confesó que uno de sus cuadros, donde se observa la tierna expresión de su nieta, se ha convertido en el mayor tesoro que han hecho sus manos en toda su vida.

El 'Pincel de Ilo', como lo han denominado sus vecinos y autoridades del distrito de El Algarrobal, sintió el cambio generacional y la manera en que la tecnología dejó atrás diversas técnicas para capturar emociones y recuerdos. Antes le solicitaban pintar a familias enteras, cada una de ellas con 7 a 13 integrantes. Sin embargo, con la aparición de las primeras cámaras fotográficas, sus servicios ya no eran tan requeridos.

Su trabajo disminuyó y aunque había personas que preferían un detalle más minucioso y artesanal, el panorama había cambiado. En esta etapa, llegaron algunos malestares y la vitalidad del septuagenario también cayó. Un día lo empadronaron y tras obtener su clasificación socioeconómica, pasó a ser parte de Pensión 65.

Fue en uno de los encuentros de Saberes Productivos que organizó el programa social, donde Miguel Rodríguez pudo mostrar su destreza artística. Su nieta, Michel, iba a cumplir años y decidió retratarla para exhibirla en la feria que iba a participar. El 'Pincel de Ilo' compró diversos tubos de pintura para que la imagen de su engreída esté llena de tonos hermosos.

Con mucha dedicación, paciencia y amor, Rodríguez comenzó con el boceto de su pequeña, luego dio forma a su angelical rostro, dándole un leve enrojecimiento a las mejillas y una tierna curiosidad en la mirada. “Siempre pensé que después de la muerte iba a ir al cielo para pintar a los ángeles, pero me equivoqué. En mi nieta encontré el ángel más hermoso que pueda plasmar en mi lienzo”, reflexionó Miguel con los ojos llorosos.

Un hermoso legado

La pequeña Michel constantemente visita a su abuelito, y aunque sus tíos ya no llegan como antes, el amor que le tiene la impulsa a no perder ese vínculo tan bonito que han formado. “Me gusta acompañarlo, verlo mover el pincel cuando un vecino le pide un retrato, la forma como obtiene nuevos colores combinando otros, las historias que me cuenta. Yo también quiero pintarlo cuando crezca y que nuestros cuadros siempre estén juntos”, dijo la menor.

Estas palabras tocaron el corazón de Miguel y abrazaron su alma. “Pintaré hasta que tenga fuerzas y cuando se me acaben, sé que mi Michel me dará las suyas para continuar a su lado”, concluyó emocionado.

Talento familiar

Miguel recuerda a sus padres, Jorge Rodríguez y Dora Alverdi, con mucho cariño, pero guarda una especial estima a su tío, Pedro Chalco, quien se desempeñó en el mundo artístico y fue reconocido con un destacado pintor en Ayacucho y otros departamentos del país. “Cuando viajé a Arequipa, fui perfeccionando mi técnica. Al llegar a Moquegua, ya recibía varios pedidos y con la presentación del cuadro de mi nieta, me volvieron a contactar”, contó.

Cuando tuvo 36 años llegó a Ilo por el apogeo de la pesca y minería, donde inicialmente pintaba como un ingreso extra, pero con el avance de la tecnología bajó su ritmo. Ya con 75 años, Miguel se ha convertido en un referente en su provincia y departamento.


Lima, 16 de marzo de 2024
Unidad de Comunicación e Imagen
Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65

Esta noticia pertenece al compendio Historias Que Nos Unen