Historias que unen: Aquilina Quispe: La voz angelical de Pitumarca

Nota de prensa
Cantante y compositora mantiene viva la música tradicional
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11 de noviembre de 2023 - 8:00 a. m.

Su voz representa el rescate de la identidad cultural de su pueblo. A 3 570 metros sobre el nivel del mar, en la plaza mayor del distrito cusqueño de Pitumarca, el tiempo descansa y baila al ritmo de su dulce y armoniosa melodía.
 
Aquilina Quispe Navarro conocida en el mundo artístico como Pitumarca Angelacha es un personaje reconocido en la música pitumarquina, no solo por su indiscutible talento vocal, sino también por su prolífica obra como compositora, inspirada en la siembra, la lluvia, el amor y el desamor. 
 
Nació en 1954 en la comunidad de Huatabamba; sus padres se dedicaban a la ganadería y agricultura. Por eso, Aquilina y sus tres hermanos aprendieron desde pequeños a trabajar la tierra y a cuidar a los animales.
 
A los siete años, mientras pasteaba ovejas empezó a sentir dolores intensos en el pie izquierdo. Estas molestias se debían a una malformación congénita que empeoró durante la niñez y adolescencia. Por falta de dinero, sus padres no la llevaron a un centro de salud y, años más tarde, Aquilina abandonó la escuela primaria por vergüenza.
 
Vivió en su comunidad hasta los once años cuando fue enviada a Lima para ayudar a una tía. Durante ese periodo de tiempo, Aquilina empezó añoraba a su tierra y sentía nostalgia por su música andina.
 
Tras la muerte de su abuela, Aquilina regresó a Pitumarca y asumió el cuidado de su abuelo; compuso sus primeras canciones y su voz comenzó a llamar la atención de amigos y vecinos. A los veinte años ganó el concurso de canto más importante de Pitumarca y así logró integrarse como vocalista al grupo Cory Qoyllur y grabó sus canciones propias con el reconocido arpista cusqueño Gualberto Apaza.
 
Cuatro años después se casó, y tuvo que dejar su carrera como cantante para atender a sus cinco hijos y dedicarse a otras labores para poder sacarlos adelante. Trabajó como vendedora de chicha y comida y pese a su dificultad para caminar, recorría grandes distancias ofreciendo habas y tarwi, pasando por Quillabamba, Sicuani y Juliaca. “Como me veían con discapacidad pensaban en engañarme, pero yo era muy viva, no me importaba el dolor”, recuerda con picardía Aquilina.
 
Hoy, mamá Aquilina canta en la parroquia y participa en la intervención Saberes Productivos del programa Pensión 65 transmitiendo a los más jóvenes su amor por la música tradicional y el canto en quechua.

Lima, 11 de noviembre de 2023
Unidad de Comunicación e Imagen
Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65

Esta noticia pertenece al compendio Historias Que Nos Unen