Historias que nos unen: Tradición, arte y patriotismo en las alturas de Moquegua

Con la convicción de que debían recuperar sus tradiciones para las nuevas generaciones, Saturnino Cáceres Casilla, Isidro Pari Apaza, Leoncio Bautista Flores, Juliana Chambilla Cáceres y Prisila Mamani Mamani, formaron el grupo Hola Quetal en su amada tierra natal Ichuña, en Moquegua. Hoy enseñan allí a los más jóvenes sus cantos en quechua, el cual, dicen, es la lengua de sus ancestros, la lengua del Perú profundo que los llena de orgullo. 

 

Con sus trajes coloridos, elegantes, festivos; este grupo de adultos mayores acude a todas las celebraciones del distrito. Son los invitados de honor. El plato fuerte de las celebraciones. 

 

Cuenta don Saturnino que siempre hizo música, pero al pasar los años dejó de tocar pues no tenía quién lo escuche. No lo sabía, pero otros adultos mayores como él que vivián en su distrito, también tenían similares habilidades y anhelos. Entonces, con apoyo de la municipalidad, llegó la intervención Saberes Productivos de Pensión 65 al distrito. 

 

Así fue como en una de las reuniones se conocieron y se iniciaron las preguntas: ¿Qué les apasiona? ¿Qué les gusta hacer? –Yo toco guitarra–, –Y yo la mandolina–, –Yo el chillador–, –Yo sé cantar–, –Yo también canto–. 

 

¿Por qué no hacen un grupo?, acotaron los funcionarios de Saberes Productivos y así sucedió. Era el año 2018 y formaron el grupo Hola Quetal, el cual nació oficialmente como asociación cultural el 15 de diciembre del 2020. 

 

Don Leoncio cuenta que siempre fue músico. En los años setenta integraba un grupo en el que tocaba el charango y la guitarra con los hermanos Eloy y Augusto Chambilla, quienes eran músicos muy conocidos en Ichuña. “Entonces cantábamos en quechua, pues no se hablaba mucho castellano. Fue muy difícil vivir en Ichuña, pues era difícil el acceso; sin embargo, fuimos felices en esta tierra”, asegura.  

 

Priscila Mamani (una de las cantantes), dice que la música es el emblema que los ayuda a comunicar el afecto a su tierra, pero también lo es el trabajo esforzado que como agricultores tuvieron que realizar para sacar adelante a sus familias. Y con palos, barretas y picos; mujeres, hombres y hasta niños ayudaron a abrir la carretera que conecto su pueblo con el resto de la región, logrando sacarlos así del aislamiento en el que vivían. 

 

“Solo teníamos caminos de herradura y logramos abrir vías con mucho esfuerzo. Por turnos, todas las familias íbamos a trabajar. No importaba el frio, la helada o granizada. Lamentablemente ahora las vías son aprovechadas por las minas que nos contaminan”, lamenta.  

 

Isidro Pari (esposo de Priscila), quien toca con destreza el chillador y es presidente de la asociación Hola Quetal, dice que la meta de su agrupación es grabar sus temas en un estudio. Y aunque por motivos económicos ven aún lejana esa posibilidad, siguen compartiendo sus melodías con los músicos jóvenes de la localidad y también recuperando del olvido las canciones de sus ancestros, como Hojalata y Mi tierra Ichuña.