Historias que nos unen: Las historias de Lola y sus secretos del buen comer

Nota Informativa
Supo salir adelante, pese a las vicisitudes de la vida.
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10 de junio de 2023 - 8:00 a. m.

“En plena Guerra del Pacifico, cuando las tropas chilenas ya habían invadido el país, una familia italiana construyó una casa en Lunahuaná a donde se fue a vivir. Pero los invasores también llegaron a estas tierras y la familia quiso marcharse con sus objetos valiosos, los cuales ocultó en un sótano a donde entró la matriarca de la casa, pero desapareció. Después los soldados asesinaron al resto de la familia. Desde entonces, en esa casa ocurren cosas muy extrañas”. 
 
Esta y otras historias de la llamada “Casa Encantada de Lunahuaná” las cuenta Eleodora Ochoa Sánchez, a quien todos llaman “La abuela Lola”, quien además de conocer los cuentos y leyendas de su pueblo sabe preparar los más ricos potajes de la zona. 

Tiene 82 años y siempre vivió en Lunahuaná. Desde pequeña aprendió de su madre y su tía los secretos de la preparación del jerre (plato a base de maní y gallina), mancha pecho, las yucas rellenas, el seco con frijoles, las chapanas y muchos más.  
 
Para Eleodora cocinar es rememorar a sus seres queridos “Mi mamá murió cuando tenía 12 años y mi hermana asumió mi cuidado, pero ella era muy dura conmigo por eso mi tía me llevaba y me enseñaba a cocinar. Yo era feliz en la cocina. Recordaba a mi mamá”.  
 
Cuenta que sus padres trabajaron muy duro en la chacra para poder sacar adelante a sus siete hijos. Ella fue la última. Pese al tiempo recuerda nítidamente el día que acudió a comprar a una chacra en el distrito de Catahuasi y conoció a su esposo Aurelio Vicente Lévano. Tenía 19 años y se enamoró de él. Pronto se casaron y tuvieron cinco hijos. 
 
“Lo que ganaba mi esposo no alcanzaba para la casa y le dije un día que vendería comida. Así empecé. Los años pasaron y eso nos ayudó a sacar adelante a los hijos”. Luego, cuando Eleodora se hizo adulta mayor, instaló un puesto de comida cerca a la “Casa Encantada de Lunahuaná”, donde ella misma vivió experiencias paranormales que luego narraba feliz a sus comensales. 
 
La pandemia sacó a ‘La abuela Lola’ de su puesto de comida y un día que andaba triste por su pueblo, descubrió un árbol con una enorme colmena de abejas. Sin titubear, coordinó con sus hijos y nietos y se llevó el panal a casa. Así fue como puso en marcha el emprendimiento “La colmena de la abuela Lola”

Lima, 10 de junio de 2023
 
Unidad de Comunicación e Imagen
Programa Nacional de Asistencia Solidaria - Pensión 65
 

Esta noticia pertenece al compendio Historias Que Nos Unen