Historias que nos unen: La primera alcaldesa de Ichuña

Doña Valeria Santos Mamani fue alcaldesa sin proponérselo. Un día, una prima lejana le pidió que firme un padrón para promover la candidatura de su esposo, y Valeria no imaginó que se le estaba incluyendo en la lista de regidores como teniente alcaldesa del distrito de Ichuña, en la provincia moqueguana de General Sánchez Cerro. 

 

Tiempo después, en el 2002, sucedió lo imprevisto: revocaron al alcalde electo, un año antes de que culmine su mandato y Valeria tenía que asumir el cargo de alcaldesa. 

 

Esta decidida mujer de 68 años cuenta que hacerse cargo de la alcaldía no fue fácil, pero que el aliento de sus vecinos y los regidores la ayudaron, fue un aliciente para trabajar muy duro por su comunidad. Y su desconocimiento del castellano, pues es una orgullosa quechua hablante, no fue impedimento, ni barrera para entrevistarse con ministros y congresistas para hallar solución a las demandas de su pueblo.

 

El año que duró su gestión, cuenta Valeria, fue un año difícil, pero no cambia esa época por nada. Para asumir su labor de alcaldesa detuvo el tejido de llicllas, fajas y frazadas; y el trabajo en su chacra.

 

Cuenta que el día de la juramentación su corazón palpitaba rápido, le gente aplaudía en la plaza de Ichuña y mencionaban su nombre. ¿Qué voy a decir? ¿Yo voy a hacer alcaldesa?, se preguntaba Valeria Santos Mamani. Sí, era la primera mujer en ocupar el sillón municipal de su distrito, en Moquegua, en el año 2002.

 

Entonces, entre aplausos, ella asumió el puesto y sin pensarlo dos veces se decidió a conseguir lo más importante que necesitaba su pueblo: la energía eléctrica, pues solo contaba con esta de 2 a 3 horas al día.

 

No le importó no hablar bien castellano; acompañada de un traductor viajó a Lima, se reunió con congresistas y ministros, y lo consiguió: energía eléctrica durante las 24 horas para el pueblo de Ichuña. Y los más beneficiados fueron los escolares, en cuyos colegios había equipos de cómputo que no podían ser utilizados por falta de energía eléctrica.

 

 

Valeria Santos tuvo 3 hijos, dos varones y una mujer. Siempre se dedicó al tejido, a trabajar la chacra y a criar animales menores, con los cuales sacó adelante sola a sus hijos. Así fue su vida, sin embargo, no dudó un momento en dejar todo para hacerse cargo de las riendas de su distrito. 

 

Cuando le preguntamos cuál sería el consejo que le daría a las generaciones más jóvenes dice: “Luchen por sus sueños ¡Nada es imposible!”, señala con convicción la valiente usuaria de Pensión 65.

Lima, 28 de abril de 2023