El salvador de orquídeas
Nota de prensa• Máximo Acosta Ciriaco. Jardinero y usuario de Pensión 65 en Pasco.





4 de diciembre de 2021 - 1:58 p. m.
Don Máximo y su esposa Donata atesoran 170 especies diferentes de orquídeas en el santuario dedicado a esas plantas que han creado en la Reserva de Biósfera Oxapampa - Asháninka Yanesha, en la región Pasco. Algunas de ellas están en peligro de extinción, y han sido rescatadas de depredadores ilegales.
Máximo Acosta atesora con amor a las orquídeas. Son su pasión.
Máximo Acosta Ciriaco, o “don Joel”, como le dicen sus vecinos de la comunidad indígena Yanesha Tsachopen, tiene casi 80 años y es un apasionado de las orquídeas. Por eso ha creado el primer orquideario de la región Pasco, donde cuida 170 especies de estas plantas. Algunas de ellas son muy raras y, salvo que el interesado se adentre en la selva virgen, solo se pueden apreciar aquí. Por ejemplo, “zapatito de reina” (paphiopedilum) y “sobralia” (cattleya macrantha), que estaban en peligro de extinción debido a la tala de los bosques.
Coge sus orquídeas casi con la misma delicadeza con la que acaricia las manos de su esposa.

Máximo Acosta Ciriaco, o “don Joel”, como le dicen sus vecinos de la comunidad indígena Yanesha Tsachopen, tiene casi 80 años y es un apasionado de las orquídeas. Por eso ha creado el primer orquideario de la región Pasco, donde cuida 170 especies de estas plantas. Algunas de ellas son muy raras y, salvo que el interesado se adentre en la selva virgen, solo se pueden apreciar aquí. Por ejemplo, “zapatito de reina” (paphiopedilum) y “sobralia” (cattleya macrantha), que estaban en peligro de extinción debido a la tala de los bosques.

Máximo se dedica a esta tarea desde hace diez años, y en ella lo apoya su esposa, Donata. “Nos conocimos en Oxapampa, a donde yo iba para visitar las ferias. Ahí me escapaba a algunas fiestas y me gustaba tocar la guitarra”, narra don Máximo, quien también recuerda que uno de los momentos más difíciles de su vida fue cuando Donata sufrió un accidente, y casi muere debido a una hemorragia. Estaban en un lugar muy alejado de la selva, y en esa época no había mucha movilidad. Felizmente, Donata consiguió recuperarse.
“Gracias al beneficio que nos da el Estado, a través de Pensión 65, hacemos pequeños ahorritos y con eso me doy la facilidad de ir a buscar las orquídeas a los montes, pidiendo permiso y acceso a las comunidades nativas donde crecen estas especies vulnerables”, cuenta Máximo. “Al principio, como veía que algunas orquídeas comenzaban a extinguirse, cuando iba a un cerro me traía dos o tres. Así junté como veinte, hasta que con mi esposa dijimos: ¿y por qué no hacemos un orquideario?”.

Su orquideario está ubicado en Tsachopen, en la Reserva de Biósfera Oxapampa - Asháninka Yanesha, un punto importante de conservación por la presencia de culturas indígenas, cultivos sostenibles y áreas naturales protegidas. “Lo mejor de mi trabajo es que observo y gozo de lo bonitas que son estas plantas rescatadas de las manos de los depredadores de la naturaleza”, indica Máximo. “Además, el orquideario me permite compartir momentos muy bonitos con los niños y jóvenes de la comunidad”.
Cuida a diversas especies de orquídeas.

Lamentablemente, la pandemia ha cortado su principal fuente de ingresos, que eran las visitas de los turistas. Por eso ha tenido que ponerle más empeño a sus cultivos de maíz y yuca. “Pero sé que todo esto pasará, y pronto volveremos a tener visitantes”, confía Máximo. Por lo pronto, se entretiene leyendo libros y revistas especializadas en orquídeas, que le envía su nieta desde Lima.
Pasco, 4 de diciembre de 2021