Historias que nos unen: “Padres son los que viven el camino contigo”

Cuando Faustino Ramírez Huamán se enteró que iba a ser padre por primera vez, su corazón se sumergió en una mar de emociones, donde las olas más grandes estaban cargadas de felicidad y entusiasmo por querer tener a su pequeño en brazos. Con los años, su familia creció y el aprendiz de ebanista se comprometió con su esposa a convertirse en un gran maestro carpintero y sacar adelante su hogar, sin dejar de estar presente en los momentos más importantes de sus hijos.

“En ese tiempo estábamos en Huacho y aprendí de mi mentor, el señor Carlos Pichilingue. Me dediqué a los acabados en las puertas, repisas, armarios, y otros. Después llegó mi segundo, tercer y cuarto hijo, y debía esforzarme más para que ellos tengan educación y, sobre todo, confíen en mí cuando tengan un problema”, declaró el hombre que recién cumplió 88 años el 22 de mayo y forma parte del programa social Pensión 65.

Con esa mirada, el adulto mayor logró su misión y ahora que sus pequeños crecieron y formaron su familia, le agradecen todo el cariño que recibieron durante su infancia. “Ese es el premio más grande que puedo tener”, agregó con los ojos llorosos.

A pocas horas de conmemorar el Día del Padre, Ramírez Huamán reflexionó sobre el rol que tienen los progenitores durante la vida de sus hijos.

“Es normal que haya miedo, pero en la vida nada es fácil. Lo bueno llega después de luchar, de enfrentarse a lo que uno teme y entregar todo. Claro que estaba preocupado cuando me enteré que sería papá, pero la alegría era mucho más fuerte y a mi lado estaba mi esposa, una mujer que me enamoró por su esfuerzo y ganas de trabajar”, enfatizó.

Además de pasar sus horas en su taller, el octogenario disfruta la compañía de sus nietos. “Tengo tres en total, dos son varones y una mujercita. Todos me dicen papito, con mucho cariño, y escuchan lo que les cuento. Me siento feliz porque cumplí mi objetivo, como siempre he pensado, padres son los que viven el camino contigo”, determinó mientras se dirigía a su taller.

El usuario de Pensión 65 reside en la manzana 1Y del pasaje Santa Rosa, a la altura del kilómetro 21 de la avenida Túpac Amaru (Carabayllo), donde tiene su taller donde prepara roperos, puertas, estantes, sillas, y refacciona piezas que necesitan un mantenimiento urgente. Se dedica a la carpintería hace más de 40 años y cada vez que va al Centro Integral de Atención al Adulto Mayor (CIAM) de su municipio, lleva un catálogo con diversos productos a base de manera para mostrárselo a sus clientes.

“Este trabajo me permitió sacar adelante a mi familia y tener un pequeño taller en casa para estar guiando a mis hijos”, concluyó.

A pesar de bordear las nueve décadas, Faustino aseguró que aún mantiene sus fuerzas y entusiasmo para seguir trabajando. “Fue complicado, pero me gustaba mucho y me dediqué a este oficio. Hasta ahora, me relajo cada vez que agarro mis herramientas y hago estantes o repisas, o también me traen artículos para reparar. Mi labor con la madera también me ha enseñado que todo se puede arreglar y tener una segunda oportunidad”, añadió.


Lima, 14 de junio de 2024