Historias que nos unen: dulce con recuerdo a infancia

Nota de prensa
Augusta Manzo Audante, usuaria de Pensión 65, cautiva a las nuevas generaciones con sus ricos potajes.
DULCE DE CAMOTE
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7 de junio de 2025 - 8:00 a. m.

“Una de las formas más hermosas de demostrar amor y dejar huella en los niños es prepararle platos llenos de emoción y cariño”, reflexionó Augusta Ricardina Manzo Audante, una mujer de 68 años que conoce recetas mágicas de la cocina tradicional de Cañete, como el extraordinario dulce de camote, uno de los potajes más emblemáticos de su localidad y que busca revalorar en nuestra gastronomía nacional.

En el marco del mes que conmemora el Día de la Cultura Afroperuana, doña Augusta compartió los secretos para lograr un delicioso dulce de camote, un manjar que exhibe en los encuentros de saberes productivos, que organiza el programa Pensión 65 y el gobierno local para promover los conocimientos de los adultos mayores.

“Nuestras costumbres deben ganar espacio en los más pequeños, porque cuando ellos prueban un plato, se alimentan y recuerdan a sus abuelitos, cómo los ayudaban a colocar los cubiertos, los almuerzo al mediodía y luego la sobremesa. Todo eso queda en los niños, que cuando crecen y reconocen un sabor de infancia, son los más felices”, manifestó.

Manzo Audante ha ganado popularidad en Cañete por sus diferentes preparaciones, como la tradicional carapulcra de chancho con sopa seca, los tamales que se disfrutan en las primeras horas del día junto a un reconfortante café cargado, y el dulce de camote que alegra el alma de todos sus comensales.

Llena de inspiración

Augusta Ricardina ha mejorado su calidad de vida desde que es usuaria de Pensión 65, porque además de cobrar la subvención económica, que ahora de S/350, demuestra su talento en la cocina mediante la Intervención de Saberes Productivos. “Prueban mis potajes y me piden la receta”, mencionó irónica.

“Por ejemplo, para el dulce de camote pongo a hervir canela, anís y clavo de olor. En otra olla coloco azúcar para quemarla un poquito, darle un tostadito especial hasta que agarre un punto caramelo. Después de unos minutos, en esa olla pongo una hoja de higo y cascara de naranja. Todo eso dará mayor sabor al concentrado. Para esto, ya debemos tener los camotes pelados y cortados, para luego incluirlos. Antes de terminar, ponemos el primer hervor que hicimos a la olla del azúcar, al igual que un jugo de naranja con un poco de limón. Lo dejamos en el fuego y listo”, indicó Manzo.

Cuando el postre está servido todo indica que cada bocado generará un viaje al pasado. “Definitivamente, es un dulce con recuerdo a infancia”, concluyó emocionada la sexagenaria, que continuará transmitiendo su amor y cultura en cada uno de sus preparaciones.

Legado de su madre

Con un profundo cariño, Augusta contó que todo lo aprendió de su madre. “Ella hacía tamales y me llamó la atención ver cómo lo preparaba. Con el tiempo, me enseñó hacer frejol colado, la carapulcra con sopa seca, y muchas cosas más de la cultura afroperuana. Tengo otras 2 hermanas que también cocinan y queremos que nuestras recetas lleguen a diferentes partes del mundo”, enfatizó.


Lima, 7 de junio de 2025
Unidad de Comunicación e Imagen
Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65

Esta noticia pertenece al compendio Historias Que Nos Unen