Historias que nos unen: corazón chiclayano en el Vaticano
Nota de prensaUsuarias de Pensión 65 cuentan detalles del entonces arzobispo Robert Prevost.





17 de mayo de 2025 - 8:00 a. m.
Antes de convertirse en el Sumo Pontífice y liderar la Iglesia católica en el mundo, el entonces arzobispo Robert Prevost tuvo una misión muy importante en el norte de Perú, exactamente en el departamento de Lambayeque, sembrando la semilla de la paz en los corazones de todas las personas que deseaban fortalecer su esperanza y devoción en Dios. Su labor le permitió ser reconocido en toda la región, en especial en la tierra de la doble fe: Ferreñafe, donde los adultos mayores lo recuerdan con profundo cariño, y cuando fue convocado por el papa Francisco al Vaticano, lo despidieron entre palmas y elogios.
Entre las seguidoras más devotas están Elizabeth (81) y Corina (80) Torres Carranza, hermanas y usuarias del programa Pensión 65, que siempre asistían al llamado del monseñor y continúan participando en grupos de oraciones, como les enseñó el actual papa León XIV: “llenos de esperanza y pensando en ayudar al prójimo”.
“Hemos compartido con el papa cuando estaba en Ferreñafe, que casualmente tiene dos veces la palabra fe en su nombre, e íbamos a las jornadas. Ahí levantábamos las manos, alabábamos a Dios y sentíamos una alegría inmensa. El papa León XIV nos ha formado en la misión de ayudar al que más necesita y se encuentra en etapa difícil de su vida”, detalló la hermana mayor.
La cercanía que tenía con la población convirtió al arzobispo en una de las figuras más queridas en el departamento de Lambayeque. A tal punto que la iglesia Santa Lucía de Ferreñafe decidió colocar la imagen del Sumo Pontífice en su frontis.
“En el grupo de oración Túpac Amaru, donde niños y adultos se reúnen todos los días para orar a las cuatro de la tarde, demostramos nuestra fe y nos vamos con el corazón lleno de gozo”, comentó Corina.
Las usuarias de Pensión 65 dijeron que eran de las primeras personas en llegar a las misas y el entonces arzobispo las recibía siempre con una sonrisa en el rostro y una mirada fraternal. “También nos quedábamos afuera de la iglesia conversando, él siempre mostró un ángel con todos los que querían un consejo o unas palabras de aliento”, añadió.
Despedida
Elizabeth y Corina también recordaron el momento en que Robert Prevost les comunicó que partiría de Lambayeque a solicitud del papa Francisco para que continúe una importante tarea en la Basílica de San Pedro.
“Cuando nos dijo que el papa Francisco lo había llamado y dejaría la Diócesis de Chiclayo, nosotros le dimos una despedida en el complejo de Santa Lucía, fue un día hermoso, lleno de nostalgia. Luego vino para Navidad y caminamos hasta la salida de Ferreñafe, como teníamos acostumbrados. En Lambayeque estamos muy emocionados que un corazón chiclayano esté en el Vaticano y transmita fe y esperanza al mundo”, concluyeron.
Regalo de Dios
Regalo de Dios
Llena de fuerza y resiliencia, Elizabeth y Corina toman como un regalo de Dios que el papa León XIV se haya formado en Perú. “Es bonito tener a alguien que represente al país y tenga presente a Lambayeque. Desde Ferreñafe, seguiremos con la enseñanza del papa, ayudar a los enfermos, llevar la oración a todos, porque a veces los hogares se destruyen porque no tienen conocimiento de Dios y nosotros queremos la unión, como lo ha proclamado el papa León XIV”, sostuvo la hermana mayor.
Lambayeque, 17 de mayo de 2025
Lambayeque, 17 de mayo de 2025
Unidad de Comunicación e Imagen
Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65
Esta noticia pertenece al compendio Historias Que Nos Unen