Pataz nos necesita unidos

Nota de prensa
Columna de opinión del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén.
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Fotos: PCM

Oficina de Prensa e Imagen Institucional

11 de mayo de 2025 - 8:18 a. m.

La masacre de Pataz debe marcar para todos los peruanos, en especial para los operadores de justicia y los representantes de los poderes del Estado, un antes y un después en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado.

La insania terrorista con la que se perpetraron los 13 asesinatos que han puesto a prueba la templanza de todos los peruanos, no quedará impune. El largo brazo de la ley alcanzará más temprano que tarde a todos los autores de la matanza, y estos pagarán sus culpas tras las rejas. Aunque, a decir verdad, la cadena perpetua resultaría insuficiente para tanta inhumanidad.

Desde el Ejecutivo reconocemos que el cóctel mortal configurado por la inseguridad ciudadana y la criminalidad vinculada a la minería ilegal se han convertido en un tumor canceroso que debemos extirpar lo más pronto posible para evitar que el Perú se convierte en un Estado fallido. Como país ya lo hicimos en los años 90. Podemos hacerlo ahora también. Unidos.

Hoy, el enemigo no lleva pañoletas de dos colores en la mitad de la cara, tampoco actúa hipnotizado por un pensamiento con nombre. Los enemigos actuales se camuflan en la calle o se adentran en socavones que carecen de legalidad. Extorsionan o dan rienda suelta a una aurífera y enfermiza ambición. Sin embargo, tienen en común el desprecio por la vida. Para ellos, matar es deporte. Gatillan con una repulsiva crueldad.

Como Gobierno, no hemos sido infalibles, pero no se puede negar que hemos trabajado intensamente para contrarrestar la ola criminal, y seguimos haciéndolo. Es verdad que aún no hemos conseguido eliminar este cáncer, pero también es cierto que, en esta hora difícil, Pataz y el país entero nos necesitan unidos: Ejecutivo, Legislativo, Poder Judicial, Ministerio Público, gobiernos regionales, gobiernos locales y ciudadanía en general. Articulados y complementándonos, cada uno dentro de sus competencias, debemos empujar hacia el mismo lado y no en direcciones contrarias.

Lo sucedido en Pataz no solo nos conmueve, entristece y causa rabia, sino también nos obliga a todos a replantear criterios. Debería ser un punto de inflexión. No nos distraigamos en acosos políticos o persecuciones judiciales con tufillo desestabilizador. Al contrario, conceptos como estabilidad institucional y mantenimiento del Estado de derecho deben ser faros comunes.

Con sentido de unidad, confiamos en que el Congreso de la República se sumará a los esfuerzos desplegados para devolverle la tranquilidad al país aprobando la propuesta del Ejecutivo que tipifica el delito de terrorismo urbano, porque es eso lo que el Perú está sufriendo: terrorismo; y aprobando la ley MAPE, lo cual permitirá dejar en el olvido al Reinfo, puerta abierta para la minería ilegal que tantas vidas de peruanos ya ha cobrado.

Nada debe ser igual después de Pataz.