El lento camino del pago por móvil

Nota de prensa

24 de marzo de 2006 - 12:00 a. m.

En 2004, decían las previsiones, cuatro millones de españoles pagarían con este sistema, participado por los tres operadores de móviles, los procesadores de medios de pago y la práctica totalidad de las entidades financieras. Hoy, la cifra no supera los 400.000 usuarios. No es una situación exclusiva de España. Según un reciente informe de la consultora Arthur D.Little, el mercado nacional es el tercer país europeo en la implantación de este medio de pago, sólo por detrás de Austria y Noruega. En el ránking mundial, Austria, Corea del Sur, Singapur y Japón son los países más avanzados. Según este estudio, los ingresos por transacciones de pagos mediante móvil alcanzarán los 31.400 millones de euros en 2008. El mercado es tan incipiente que el lugar en el ránking no se mide tanto por el número de usuarios, como por el hecho de que en España se ha conseguido poner de acuerdo a bancos y operadores móviles, cosa que no ha sido posible en otros países. También se ha valorado el número de puntos de venta en los que se puede pagar con el sistema, alrededor de 10.000. A pesar de la amplia penetración del móvil ¿más de 43 millones de usuarios en España¿ y de la seguridad de esta forma de pago, su adopción va mucho más despacio de lo esperado. Resistencia al cambio: Los promotores creen que el mayor problema es vencer la resistencia al cambio. Los hábitos de pago no se modifican fácilmente, pero es que, además, tampoco se ha visto un gran compromiso para forzar su adopción. Hasta la fecha, ni los operadores ni las entidades financieras han realizado campañas masivas de promoción. Sin embargo, desde Mobipay aseguran que hay una clara voluntad de impulsar el uso del pago por móvil este año. Arthur D.Little considera en su informe que una barrera para su adopción es el alto grado de satisfacción del consumidor con los métodos de pago tradicionales, como el efectivo o el plástico. Asimismo, consideran que hay que mejorar la experiencia de uso de esos sistemas, que pueden ser un poco complicados, por ejemplo en el pago en máquinas expendedoras. Otra barrera es el coste asociado a la comunicación ¿unos ocho céntimos de euro por transacción realizada, basada en una sesión de mensajes cortos¿, que se repercute en el cliente. ¿Por qué pagar con móvil en un comercio tradicional y asumir un cargo que se evita si se abona con dinero de plástico?. En España, los operadores van de la mano de las entidades financieras y los medios de pago. La estrategia se ha centrado en introducir el móvil en entornos que no están cubiertos por el dinero de plástico ¿como los taxis¿, o bien en ámbitos donde se refuerza la seguridad, como es el caso de las compras en Internet. En estos casos, se autoriza el cargo contra la cuenta de la tarjeta financiera asociada a Mobipay. Además, desde el año pasado también se pueden hacer micropagos; es decir, pequeños importes que hasta ahora sólo se podían abonar con monedas. En este caso, se paga contra la factura telefónica o contra el saldo de prepago del móvil. Por ejemplo, en máquinas expendedoras, parquímetros en la zona de estacionamiento regulado o para adquirir billetes de transporte público. Micropagos: De hecho, se espera que la mayoría de las ventas a través del móvil serán micropagos. Este medio tiene sentido en aquellos entornos en los que aporte valor añadido frente a otras formas ya existentes, de forma que los consumidores estén dispuestos a pagar el coste de la comunicación. Por ejemplo, su uso aumentará en la venta de entradas para grandes eventos como conciertos o encuentros deportivos, porque elimina la necesidad de emitir una entrada en papel y facilita el pase a los recintos. Hay más posibilidades. Por ejemplo, en Tarragona ya se puede comprar el boleto para la zona de estacionamiento limitado a través del móvil. El usuario debe indicar en el parquímetro que quiere pagar con Mobipay y seleccionar el tiempo de estacionamiento que quiere comprar.