Internet de banda ancha

Nota de prensa

4 de diciembre de 2006 - 12:00 a. m.

El Comercio.- Mientras la atención del país se centra en las tarifas de telefonía fija, el mundo migra a la telefonía móvil y el uso del protocolo de Internet. Urge adecuar nuestros objetivos. Esta semana se llevó a cabo en Lima la reunión anual del Foro Latinoamericano de Entes Reguladores de Telecomunicaciones (Regulatel), en la que se congregaron reguladores y operadores de toda América Latina. En paralelo, la atención del ámbito político y de la opinión pública ha estado centrada en las negociaciones entre el Gobierno y Telefónica sobre el servicio de telefonía fija. El contraste no puede ser más grande. En la conferencia de Regulatel se presentaron las conclusiones de un estudio que se realizó durante más de tres años, en 16 países. En todos, se observa un crecimiento mucho más allá del esperado en telefonía móvil; una creciente sustitución de la telefonía fija por la móvil y un crecimiento notable de los servicios de banda ancha de acceso a Internet. El Perú es uno de los países en los que más claras se observan estas tendencias. El mercado de telefonía fija es uno maduro, que tenderá a ser sustituido por la móvil, mientras que la infraestructura de redes de la fija se utilizará crecientemente para brindar servicios de banda ancha de Internet. El número de distritos con cobertura celular se ha duplicado en los últimos dos años, mientras que los suscriptores al servicio de banda ancha se ha más que duplicado, con uno de los crecimientos más altos en el mundo. En pocos años, quizás antes de que termine este gobierno, se comenzarán a ofrecer servicios de telefonía y televisión basados en Internet, en paquetes con la suscripción al acceso a Internet. Los costos de tecnologías inalámbricas como el Wi-Max, Wi-Fi Mesh y otros han reducido en los dos últimos años notablemente los costos de brindar cobertura de banda ancha. Promover condiciones para que se mantenga el crecimiento de la telefonía celular y su cobertura; asegurar condiciones de competencia en el acceso a la banda ancha y lograr acceso razonable a esta son los objetivos fundamentales. Centrarse en tarifas de telefonía fija no es lo más importante. Las energías de nuestros reguladores y de quienes diseñan la política sectorial no deben concentrarse en un servicio que tiende a ser cada vez menos importante. Mientras tanto, los elefantes están entrando por la ventana.