Turismo que conserva: Eco Amazonía Lodge protege más de 4700 hectáreas de selva en Madre de Dios
CrónicaLa concesión Eco Amazonía Lodge, reconocida como OMEC, demuestra que la conservación de la biodiversidad puede ir de la mano con el desarrollo sostenible.



Fotos: Foto 5: Eco Amazonía Lodge
21 de octubre de 2025 - 3:21 p. m.
Madre de Dios. - En el corazón de la Amazonía, a orillas del río Madre de Dios, la concesión para ecoturismo Eco Amazonía Lodge se consolida como un ejemplo de cómo las Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OMEC) contribuyen a proteger la biodiversidad y, al mismo tiempo, generan oportunidades económicas sostenibles mediante el turismo de naturaleza.
Con 4798 hectáreas de bosque tropical bajo manejo responsable, esta concesión fue reconocida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-WCMC) como una OMEC registrada en la Base de Datos Mundial sobre Áreas Protegidas, sumándose a los esfuerzos globales por cumplir la Meta 3 del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal (Meta 30x30), que busca conservar al menos el 30 % de los ecosistemas del planeta al 2030.
Juan de la Cruz Toledo Huamán, representante legal del titular de la concesión Eco Amazonía Lodge, recuerda los primeros años de trabajo como un proceso de transformación: “Cuando llegué hace más de 35 años, la selva estaba degradada por la tala y la caza; los grandes animales casi habían desaparecido. Hoy, gracias al turismo y la conservación, el bosque se está recuperando y hemos logrado ver nuevamente jaguares, caimanes negros, nutrias y otras especies que antes eran imposibles de observar”.
Turismo que protege y educa
Los visitantes que llegan desde distintas partes del mundo pueden recorrer extensas trochas de interpretación para conocer la biodiversidad del bosque húmedo tropical, navegar silenciosamente por el río o visitar lagos como Apu Víctor, Cocha Perdida y Cocha Caimán, donde habitan familias de lobos de río (Pteronura brasiliensis), taricayas (Podocnemis unifilis) y caimanes negros (Melanosuchus niger).
Además, las torres de observación y pasarelas elevadas permiten apreciar aves como guacamayos, loros, tucanes y trompeteras, sin perturbar su hábitat natural. “Esta selva es completa para el avistamiento de fauna. Basta caminar un kilómetro para ver huanganas o tropas de monos. Es un privilegio que nos obliga a cuidarla” comenta Juan de la Cruz.
La concesión conserva una diversidad de ecosistemas que incluye aguajales, pantanos y bosques aluviales, que sirven como refugio natural para especies emblemáticas y amenazadas como la sachavaca (Tapirus terrestris), el mono coto (Alouatta seniculus) y el jaguar (Panthera onca). Esta riqueza natural, combinada con una gestión turística responsable, convierte al área en un espacio donde la conservación y la economía local se complementan.
Para Juan de la Cruz, el turismo responsable es la base de la sostenibilidad del bosque: “El turismo genera movimiento económico, pero sobre todo conciencia. A diferencia de la tala o la minería ilegal, no destruye ni contamina; los visitantes vienen a observar y aprender, y eso mantiene viva la selva”, señala.
Además, la concesión también mantiene un firme compromiso con la investigación y, en un plazo de cinco años, proyecta implementar un programa de repoblamiento de taricayas y estudio de las propiedades medicinales de las plantas nativas.
Supervisión que impulsa la conservación y el turismo responsable
De acuerdo con la supervisión realizada por el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR) en 2024, el titular viene realizando un adecuado manejo del área concesionada, a través de la implementación de su documento de gestión (Declaración de manejo) aprobado para el periodo 2023-2027. Asimismo, viene cumpliendo con sus obligaciones establecidas en la legislación forestal vigente, lo que evidencia cero actividades ilegales dentro del área y resultados sostenidos en la conservación de la diversidad biológica in situ.
A través de la supervisión del cumplimiento de los planes de manejo en las concesiones para ecoturismo, el OSINFOR contribuye a la conservación de los bosques, garantiza la provisión de servicios ecosistémicos, y promueve la incorporación de más iniciativas en el reconocimiento de OMEC. Esto posiciona al país como un referente en conservación y turismo responsable en la Amazonía.
Actualmente, en el Perú hay 38 concesiones para ecoturismo, en las cuales se han realizado 15 supervisiones.