<html>Organismos Electorales: ?el problema es el numero? Articulo de Fernando Tuesta Soldevilla<i>(El Comercio)</i></html>

Nota de prensa

11 de junio de 2003 - 12:00 a. m.

Articulo publicado en la pagina Editorial del diario El Comercio Fernando Tuesta Soldevilla Politologo, profesor universitario Con la caida del antiguo regimen fujimorista, existia casi unanimidad en pensar que una reforma en relacion a los organismos electorales pasaba necesariamente por una vuelta al pasado. Es decir, un regreso al Eden de los procesos electorales, a aquel tradicional modelo peruano que funciono hasta las Elecciones presidenciales de 1995. En realidad, esto nunca fue asi. Mas bien es claramente un espejismo, dado que el periodo de Elecciones realmente competitivas se inicia en 1963, y los comicios libres e inclusivos (con jovenes mayores de 18 y analfabetos) en 1980. Antes de estas fechas, los procesos electorales se encontraban seriamente cuestionados (1931, 1939, 1956), anulados (1936 y 1962), o con candidato unico (1950). Basta abrir un libro serio de ciencias sociales, para comprobar abrumadoramente este hecho. Entre 1980 y 1995, la situacion es distinta. En este periodo la poblacion casi se duplica, los candidatos y los partidos políticos exigen un mayor control e imparcialidad, los ciudadanos reclaman transparencia y entrega de resultados de manera rapida, y los procesos electorales se incrementan en numero. Frente a esto, a inicios de los noventa, el diseño de organismo electoral ya mostraba falencias y deficiencias. Asi lo muestran con contundencia los diarios de la epoca. Paralelamente, la modernizacion del Estado y la administracion publica, aparece como prioritario en la agenda de los paises de America Latina. En nuestro caso, esto pasaba necesariamente por una modificacion del diseño del organismos electoral. N°Que hizo que esto no se comprendiera asi? En realidad, el problema es que sobre este tema se ha entendido poco y se ha hablado mucho. Quiza porque resulta un tema muy sensible ligado a dos hechos que impiden aproximarse con serenidad: El diseño actual nace con la discutida Constitucion de 1993 y los Organismos Electorales estuvieron comprometidos en el penoso fraude del Año 2000. Desde esa perspectiva, la oposicion politica, pero tambien cultural y academica, se opuso a toda reforma que proviniera del fujimorismo, pues la consideraban sospechosa. En consecuencia, la unificacion de los organismos electorales parecia una respuesta adecuada. Se se?alaba que el diseño actual era consustancial al autoritarismo. Sin embargo, desde la caida de Fujimori hasta la actualidad, este mismo diseño fue probado en otra realidad, por lo que revisar las propuestas anteriores no es solo necesario sino verdaderamente serio. N°Y que dice la realidad? Esta se?ala que los procesos electorales desde el 2001 han mostrado a los organismos electorales ofreciendo eficiencia, rapidez y transparencia. Han probado que el sistema puede funcionar en democracia pero que, sin embargo, merece ser mejorado. Las dificultades manifestadas a lo largo de este tiempo no se deben al numero de organismos, como muchos piensan, sino a una inadecuada delimitacion de funciones. Este es el centro del problema, que debe superarse en el actual diseño con una clara separacion de acciónes y competencias entre los organismos electorales y una mejora sustancial de la legislacion electoral. Dos organismos separados constituyen una garantia de independencia e imparcialidad en las resoluciones del organo jurisdiccional. Por lo tanto, uno debe dedicarse a la organización y ejecucion del proceso y otro a impartir justicia. Como es sabido, un principio basico en los Estados modernos y democraticos es que quien ejecuta una funcion no puede ser a la vez quien la juzgue. No se puede ser juez y parte de un proceso. Este espiritu esta consagrado en todas las Constituciones del mundo y el Perú no es una excepcion. La eficiencia es el resultado de la especializacion y no de la concentracion de funciones. En el mundo moderno la separacion de funciones y la autonomia entre los organismos de un Estado moderno son las claves a t