Nos Preparamos Para Q’urawasiris 2025
Nota de prensaCultura Milenaria de Prestigios y Mitos

28 de enero de 2025 - 5:14 p. m.
Cuando las comunidades moheñas están de fiesta se atavían de sus mejores prendas. Son los ponchos, polleras y sombreros elementos identitarios de hombres y mujeres; ademas de las cantuntas que adornan la indumentaria andina. Una fecha sumamente importante y de algarabía donde se despliegan peculiaridades de las más variadas, es el 2 y 3 de febrero de cada año.
Ese día confluyen ritos, cantos y premoniciones que han de determinar el año productivo en la provincia de Moho; a ese momento- espacio temporal se le denomina la fiesta de los Q´urawasiris. Un primer análisis debe orientarse a la etimología del nombre, que tiene su origen en la voz aimara q´urawa que significa honda: una de las armas más antiguas de la humanidad. El sufijo “iris” se refiere a los hombres que se hondean. Está claro que la sola palabra describe un acontecimiento donde los protagonistas son hombres que utilizan q´urawas para sostener un enfrentamiento.
En ese ritual premonitorio, se bifurcan varios aspectos que es fundamentalmente establecer y es hasta nuestros días que, en Moho, capital de la provincia del mismo nombre, donde esta costumbre permanece y se revitaliza cada año, coincidentemente cuando los puneños le rinden pleitesía a la virgen María de la Candelaria.
Los preparativos comienzan el 20 de enero con ocasión de la fiesta dedicada a San Sebastián. Como acción previa, en el lugar denominado Cajatilparke en las cercanías de la zona urbana de Moho, se reúnen dos protagonistas: El Inka y el Qulla, quienes ofrecen una ceremonia ritual a la Madre Naturaleza.
La escenificación y danza de los Q´urawasiris tiene su espacio de representación en la plaza principal de la referida localidad y guarda una estrecha relación con el ciclo vital y la actividad agrícola. Se trata de una celebración con varios componentes: ritual, danza, música y canto; todos ellos vinculados al agradecimiento a la Pachamama: madre creadora de la vida.
En las primeras horas del día 3 de febrero, desde los cuatros puntos cardinales mujeres y hombres se desplazan, a través de igual número de compuertas. Por Wiluyu Punku, aparece el Kullawa: personaje simboliza la crianza y la fertilidad de los camelidos, por tanto; su indumentaria esta confeccionada con fibra de llama.
Desde Airisani concurren el Qulla: representa la producción agrícola y las plantas curativas; luce pantalón negro, almilla blanca, chalina y un poncho huayruro. Por el lado de Muk´uraya llega el Uru Achachi: simboliza la riqueza ictiológica del titikaka; su vestuario esta confeccionado de totora y lleva en pequeños canastos productos del lago: peces y aves. Y por Qäsani, ingresa el Inka: representa abundancia y riqueza.
El séquito de cada uno de estos personajes camina a paso ligero, ellos entonan cantos cuyo origen sigue siendo un misterio; pero son en clara alusión a la prodiga naturaleza. Los personajes principales son llevados en andas y de acuerdo con el lugar de procedencia reparten diferentes productos. Acompañan las autoridades politicas, los mallkus, t´allas, ñustas y guardianes.
Cuando asoma las tardes los cuatro personajes por separado recorren en grupos las calles del pueblo de Moho, para luego alcanzar cada una de las esquinas de la plaza. A manera de preámbulo se desarrollan breves ceremonias rituales.
Un primer enfrentamiento es protagonizado por el Inka y el Qulla. Luego de presentar sus respetos e intercambio los productos de sus zonas de origen ambos intercambian ataques con sus zonas de origen, ambos intercambian ataques con sus q´urawas en mano y solo por tres veces, las municiones son representadas por duraznos. Aquí se simbolizan la lucha y defensa de ambos suyos. Una segunda confrontación la protagonizan el Uru Achachi y el Kullawa, ambos repiten el ritual, para al final emprender la retirada a sus lugares de origen.