Princesa Ecologica

El reloj marca las 6 y 30 a.m. El alba se encuentra presente y un escenario mágico se avecina en el vivero municipal de nuestro distrito. Comienza una singular rutina que se repite a diario. Allí, en medio del trajín matutino, aparece Princesa, una encantadora perrita, que espera ansiosa a Omar Arnao, trabajador de la subgerencia de Gestión Ambiental, del programa de reciclaje, para acompañarlo en sus tareas cotidianas. Este entrañable vínculo ha cautivado a quienes presencian esta conmovedora escena.

Princesa, con sus patas inquietas y mirada atenta, observa cómo los colaboradores del área de reciclaje realizan la limpieza del lugar. A sus años de vida, que son al menos 10, sabe que necesita tomar pequeños descansos, pues se agita rápidamente. En el vivero, muchos la consideran una mascota, pero para Omar, es mucho más que eso; la ve como su compañera de trabajo y fiel amiga.

Omar, un hombre de 49 años, ha desarrollado un profundo aprecio por Princesa y sueña con adoptarla. Sin embargo, su hogar no cuenta con el espacio suficiente para recibir a esta leal perrita. Por lo tanto, Princesa continúa asistiendo al vivero de lunes a viernes, acompañándolo en sus labores diarias.

Tres veces a la semana, los lunes, miércoles y viernes, Princesa y Omar se aventuran juntos por las calles de La Punta. Inician su recorrido a las 8 y 30 de la mañana y no descansan hasta aproximadamente las 11 y 30. Algunas veces los acompaña Jenny, una recicladora designada aleatoriamente. Durante esta faena, recolectan un promedio de 100 kilos de material reciclado, una labor que contribuye significativamente al cuidado del medio ambiente.

Princesa es una compañera incansable. Desde lo alto de la bicicleta de Omar, se mantiene alerta, protegiendo lo recolectado. En el trayecto, algunos vecinos la saludan y le demuestran su cariño, ofreciéndole agua y, en ocasiones, un poco de comida para llevar. Ella ha recibido baños de regalo de vecinos y de autoridades ediles, entre ellas el regidor Michael Rodríguez, quienes no pueden resistirse a su encanto.

Luego del recorrido, en el vivero comienza la segregación de los materiales. Princesa toma entonces un merecido descanso, exhausta de tanto caminar. Al principio, ladra, pero pronto se muestra confiada y disfruta de la compañía y los juegos con quienes la rodean. Su vitalidad y alegría son contagiosas.

Ella se ha convertido en una ‘trabajadora’ municipal, una protagonista especial en la labor diaria del reciclaje de La Punta. Su presencia ha dejado una huella imborrable en el corazón de todos los que la conocen y demuestra, una vez más, el profundo vínculo que puede forjarse entre los seres humanos y los animales que comparten nuestro mundo.