Mentiras que nos contaron sobre la violencia contra la mujer es hora de dejar las excusas y ver la realidad de frente. 
 
Mito: 
  • "A veces, por las malas, hay que enseñarle a la mujer quién manda en la casa". 
  •  "Si tu pareja te cela y te controla, es porque te quiere". 
  •  "La violencia es un problema de pareja y nadie debe intervenir" 
  •  "A las mujeres les gusta el maltrato, de lo contrario ya hubiesen dejado a su pareja". 
  •  "Es muy vergonzoso denunciar un caso de violencia, además nadie te hace caso". 
  •  Luisa dudó en denunciar porque le dijeron que "no le harían caso". Pero cuando lo hizo, el proceso empezó: el fiscal investigó, reunió pruebas y tuvo el soporte del Programa de Protección y Asistencia a Víctimas y Testigos del Ministerio Público. 
  •  "Los feminicidios solo afectan a mujeres de menos recursos o con poca educación". 
Verdad: 
  • Marta pensaba que su esposo tenía derecho a "corregirla" cuando se enojaba. Hasta que entendió que eso no era amor, era violencia. Nadie tiene derecho a lastimarte. La violencia no es solo golpes: también hay insultos, amenazas, control y hasta privarte del dinero. 
  •  Andrea dejó de ver a sus amigas porque su enamorada se molestaba. Le revisaba el celular y le decía que lo hacía "porque la amaba". Pero el amor no es control ni sufrimiento. Una relación sana te da libertad, no miedo 
  •  Los vecinos de Rosa escuchaban los gritos, pero decían: "no es nuestro problema". Hasta que un día, ya fue demasiado tarde. La violencia contra la mujer no es algo privado, es un problema de todos. Denunciar puede salvar vidas. 
  •  Karina quería irse, pero tenía miedo. Su pareja la amenazaba con dejarla, dependía económicamente de él y no sabía a dónde acudir. Muchas mujeres viven lo mismo. No se quedan porque quieren, sino porque sienten que no tienen otra opción. 
  •  Sofía era abogada. Carmen, ama de casa. Mariana, estudiante universitaria. Ninguna se conocía, pero todas fueron víctimas de feminicidio. 
  •  73.5% de las víctimas tenían entre18 y 44 años. La violencia no distingue clase social ni educación.