MINJUSDH presenta documento sobre jóvenes que se reinsertaron con éxito luego de pasar por los Centros Juveniles

Nota de prensa
Estudio contiene entrevistas a 22 personas que egresaron de dichos centros y permite conocer qué motivó su cambio y los desafíos que encontraron al momento de salir del sistema de justicia.
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19 de diciembre de 2022 - 3:40 p. m.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJUSDH) presentó hoy la investigación denominada “Volver a empezar. Experiencias de reinserción de jóvenes de Centros Juveniles”, con entrevistas a 22 personas, entre hombres y mujeres, que egresaron de los Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación y no reincidieron en alguna infracción o delito.
El estudio permite conocer qué motivó el cambio positivo de estas personas y cuáles son las oportunidades y desafíos que encontraron al momento de salir del sistema de justicia. Este trabajo fue elaborado por la Dirección General de Asuntos Criminológicos del MINJUSDH y su Observatorio Nacional de Política Criminal – INDAGA, el Programa Nacional de Centros Juveniles (Pronacej) y la Secretaría Nacional de Juventudes (SENAJU)
El trabajo recoge extractos de las diferentes etapas de vida de los jóvenes, partiendo desde la infancia, sus vivencias en el hogar, el colegio y el vecindario; y avanza hasta el momento de la infracción a la ley penal; así como, el periodo de internamiento en el centro juvenil, en el cual se les brindó facilidades para el cambio. Asimismo, contiene recomendaciones para mejorar el sistema de reinserción social del adolescente infractor a cargo del Pronacej
Profundizando más en el contenido, el estudio permite comprender la situación que los asoció a la comisión de una infracción penal a partir de su historia personal. En la mayor parte de casos, la experiencia en el colegio fue conflictiva, debido a que acarreaban problemas provenientes del hogar, que se intensificaban en las aulas, pues la educación solo se enfocaba al plano académico y no al emocional. Asimismo, el hecho de no responder adecuadamente en materia educativa generó un desagrado al estudio y una vinculación a actividades extracurriculares negativas. En otros casos, la familia fue la que los introdujo en la vida delictiva. El colegio, ante ello, los aisló, expulsó o intentó corregirlos con un esquema homogenizado.
Una vez en el Centro Juvenil, recibieron apoyo de los profesionales, con los que se trabajó las carencias afectivas y la mejora de sus capacidades laborales y la educación. Se les ayudó a terminar secundaria y realizar un plan de vida.
Al momento de su egreso de los centros de internamiento, el apoyo familiar fue crucial para quienes ya tenían decidido apostar por el cambio. Primero, para recomponer el lazo quebrado, y como fuente de apoyo afectivo, educativo y laboral. De la misma manera, fue importante romper relaciones con el barrio y los antiguos amigos.
Actualmente, muchos de los entrevistados han terminado una carrera o vienen estudiando en universidades e institutos, y han logrado conseguir empleo en actividades comerciales, servicios sociales, o han ingresado a servir al país en la Policía o el Ejército.