Yamila Rivas, la estudiante COAR que viajó a la NASA y anhela ser embajadora del Perú

Nota de prensa
Su proyecto para crear biopolímeros fue elogiado por favorecer el medio ambiente
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Fotos: Oficina de Prensa

Oficina de Prensa

19 de noviembre de 2023 - 11:05 a. m.

  • Le gusta leer, practicar inglés, hacer voluntariados y capacitarse en plataformas digitales


Anhela convertirse en embajadora del Perú y mirar con optimismo el futuro del país. Yamila Rivas Molina, alumna del Colegio de Alto Rendimiento, COAR Lima Metropolitana, es una de las afortunadas estudiantes que viajó al Space Center de la NASA y, que hoy, abraza sus recuerdos de niña y agradece el apoyo de su familia en cada uno de sus logros.

En su casa de Villa María del triunfo, Yamila retrocede en el tiempo, coge unos periódicos y anima a sus abuelos a jugar al pupiletras como lo hacía de pequeña cuando llegaba del colegio público Santa María de los Andes, donde estudió hasta el segundo año de secundaria.

Desde ahí nació su curiosidad y su interés por la investigación y la lectura.

 Disfrutaba mucho de libros como Coquito y escuchar las historias y mitos de la cultura ayacuchana que le contaba su abuela por las tardes. Risueña y de carácter amable, Yamila es una mente brillante con vocación de servicio, la empatía la desarrolló con mayor convicción en sus voluntariados con niños, adultos mayores y en programas relacionados a la protección del medio ambiente.
Su gran salto al COAR, en el 2022, fue una gran experiencia.

 Aquel lugar tenía un espacio reservado para ella, pues desde niña destacaba por sus buenas calificaciones y era uno de los primeros puestos del colegio.

 Recuerda que uno de sus profesores la convenció para postular y la ayudó en su preparación para el examen de admisión.

“Cuando entré al COAR era todo muy distinto, de manera positiva, porque conocí nuevos compañeros y nuevas culturas; además, aprendí a crear proyectos. Ellos potenciaron mis habilidades, cambiaron mi forma de pensar con una mentalidad más crítica y más global”, señala entusiasmada. 

Gracias a la red de oportunidades de los COAR, conoció el programa She Is Astronaut y no dudó en postular porque sabía que vendrían grandes oportunidades para ella. Es así que en marzo de este año fue admitida como una de las 12 tripulantes en conocer la NASA e ingresó a un sistema de capacitación virtual en el que aprendió sobre robótica, programación, liderazgo, emprendimiento y mucho más. En ese tiempo, elaboró un innovador proyecto denominado 3D’bioScience, elegido como uno de los mejores entre las 26 chicas de Perú y Ecuador que viajaron a Houston. 

“Mi proyecto se basa en crear biopolímeros con el fin de reemplazar el plástico y reducir la contaminación de este, dándole uso en plantas y biohuertos, ya que gracias a su descomposición favorece al crecimiento de plantas y al medio ambiente”, relata.

Durante los cinco días de inmersión en el Centro Espacial de Houston, Yamila ha vivido una experiencia inolvidable al interactuar con astronautas y pasar por pruebas de equilibrio de cohetes, entrenamiento de réplicas de vehículos espaciales, desafíos de robótica, recorrer una exhibición de Marte, conocer el Laboratorio de Flotabilidad Neutral, entre otros. 

Su propósito es replicar lo aprendido en su comunidad y seguir fortaleciendo sus conocimientos que sirvan de ejemplo e inspiración a más niñas y adolescentes. El futuro tiene a una Yamila empoderada, quiere estudiar en Europa Relaciones Internacionales y convertirse en embajadora del Perú para dar a conocer las buenas cosas que se hacen en el país. 

Su mirada de cómo cambiar a la sociedad la impulsan a seguir capacitándose, por eso explora nuevas plataformas de estudio para incrementar sus conocimientos y aprovecha los medios tecnológicos como la inteligencia artificial y aplicaciones académicas para seguir perfeccionándose. Además, practica inglés porque sabe que le abrirá muchas puertas en el camino.

En cada uno de sus logros, Yamila reconoce el apoyo incondicional de su familia. Por eso, entre lágrimas, agradece la compañía y los consejos de sus abuelos Adolfo y Juana, quienes viven con ella junto a su madre Leandra, una trabajadora del hogar, que también es su mejor amiga y compañera. A pesar de la distancia, su padre Roberto, chofer de la patrulla del serenazgo de Jesús María, siempre está presente. A todos los niños, los incentiva a que sigan persiguiendo sus sueños, que sean los autores y artistas de su propia vida, y que sean agentes de cambio para dejar una huella en el país.