Hay que fortalecer las lenguas originarias

Nota de prensa
Afirma Alicia Cisneros, maestra bilingüe que enseña gratis quechua a estudiantes de España, Canadá y EEUU
Archivo

Fotos: Oficina de Prensa

Oficina de Prensa

27 de mayo de 2023 - 11:57 a. m.

Alicia Jovita Cisneros Quispe es una maestra bilingüe y especialista del Ministerio de Educación (Minedu) nacida en el centro poblado de Ccaccamarca, en el distrito de Ocros, en Ayacucho, y en sus tiempos libres enseña gratuitamente el quechua, su lengua materna, a estudiantes peruanos y extranjeros que se conectan a través de las plataformas virtuales.

Alicia labora en la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe y considera que es necesario proteger las 48 lenguas originarias que existen en el país, porque 10 de ellas están en serio peligro de desaparecer, 4 están en peligro y 7 en situación crítica, sobre todo, aquellas que subsisten en las comunidades indígenas de la Amazonía.

Ella enseña el quechua a estudiantes que conoció a través de las redes sociales y a familiares que radican en España, Canadá y Estados Unidos que se interesan por mantener vivo el quechua chanka. Incluso, algunos de sus aplicados alumnos visitaron el Perú tan solo para conocer a la maestra bilingüe.

“Como peruanos, tenemos la obligación de velar por el fortalecimiento de nuestras lenguas originarias porque ellas forman parte de nuestra identidad y diversidad cultural; todas deben recibir atención prioritaria, y así lo establecen la ley N° 29735 y los decretos orientados a la regulación, el uso, la recuperación y difusión de las lenguas originarias”, afirma.

La maestra es la séptima de ocho hermanos de una familia quechua dedicada a la agricultura y crianza de animales menores. Su lengua materna es el quechua en su variante chanka. Cuando fue a la escuela, era monolingüe quechua y no sabía ni una sola palabra de castellano. La maestra enseñaba en castellano y ella no entendía nada.

“Un profesor nos prohibió hablar quechua en el salón y desde entonces tratábamos de permanecer mudos hasta que nos castigaron por desobedecer; ese día nos castigaron y nos dejaron encerrados toda la tarde, al oscurecer, muchos niños empezaron a llorar de miedo y yo tuve que romper uno de los vidrios del aula y me escapé por la ventana”, relata.

Al día siguiente, su padre fue llamado al colegio. Para evitar su expulsión, Alicia tuvo que abandonar momentáneamente la escuela a los 9 años y migrar a Lima para ayudar a su hermana mayor mientras aprendía el castellano. “Al principio fue difícil, porque olvidaba las palabras; mi hermana me enviaba a comprar a una tienda y tenía que regresar porque no recordaba el nombre de los productos”, comenta entre risas.

A los 10 años regresó a Ayacucho tras la muerte de su padre, y volvió a la escuela de la ciudad. Allí, el profesor me botó del aula porque no sabía leer. “Me dijo que la escuela no era para mí, que yo nada más servía para pastar mis ovejas y que mejor regrese a mi pueblo a seguir pastando cabras o chanchos, pero yo ya no quería hacerlo”. 

Entonces decidió irse a vivir con su abuela materna, que vendía carne en el mercado. Allí se propuso aprender castellano leyendo revistas y comics que alquilaba en las graderías del mercado de Huamanga. “Todo centavo que ganaba lo aprovechaba para leer, y eso me ayudó a acelerar el aprendizaje del nuevo idioma”, comenta.

Al terminar la secundaria, ingresó a un instituto pedagógico y mientras estudiaba comenzó a trabajar de maestra de primaria en la IE N° 38105 de Qiñani, en Vinchos, en la provincia de Huamanga. Allí enseñó a sus estudiantes en su lengua originaria y así evitó que muchas generaciones vuelvan a sufrir su mala experiencia.

“Es necesario revalorizar las lenguas originarias. En Canadá, Estados Unidos y otros países enseñan el quechua porque valoran su estructura cognitiva e inclusiva, que transmite afecto y sentimientos; además, es considerado como la madre de las lenguas, al igual que el latín, y la base para aprender con mayor facilidad otras lenguas”, afirma.

Cisneros es una maestra bilingüe graduada en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ella está orgullosa de su lengua y sus costumbres ancestrales, y siempre viste su ropa originaria cuando sale a caminar por las calles de Lima. 

En el Día de las Lenguas Originarias, Alicia dice que seguirá apoyando el trabajo del Minedu para proteger y preservar esas lenguas que 1 281,353 estudiantes de las IIEE EIB necesitan desarrollar.