Atalaya es la provincia que concentra a estudiantes de ocho pueblos originarios
Nota de prensa
Fotos: Oficina de Prensa
6 de diciembre de 2019 - 2:24 p. m.
Con una serie de manifestaciones culturales que resaltan sus costumbres ancestrales, los estudiantes de Atalaya, en la región Ucayali, celebraron la Semana de la Educación Intercultural Bilingüe, modelo de servicio educativo que el Ministerio de Educación impulsa en 332 instituciones educativas de la zona.
Concursos de danzas originarias, juegos ancestrales, poesía, cuento y canto inspirados en sus costumbres, destacaron entre las actividades, las cuales culminaron este jueves con un concurso de dramatización cultural.
En las celebraciones participaron autoridades, directivos, padres y estudiantes de diferentes niveles educativos de la provincia de Atalaya, de las formas de atención de Educación Intercultural Bilingüe: fortalecimiento cultural y lingüístico, revitalización y el referido a los ámbitos urbanos.
Atalaya tiene más de 13 mil estudiantes que reciben una educación intercultural bilingüe (EIB). Los estudiantes pertenecen al pueblo ashaninka (7730), yine (2226), asheninka (1761), shipibo-konibo (1093), nahua (100), matsigenka (56), yaminahua (55) y los de menor población corresponden al pueblo amahuaca (46).
De las 332 instituciones interculturales bilingües, la UGEL Atalaya cuenta con 88 escuelas de nivel inicial, 32 Pronoei, 174 del nivel primaria y 38 de secundaria, las cuales atienden a un total de 13 067 estudiantes de pueblos originarios y tienen 756 docentes que también hablan la lengua de los escolares.
La mayoría de estas escuelas pertenecen a la forma de atención de fortalecimiento cultural y lingüístico, es decir, donde los escolares desarrollan sus aprendizajes en la lengua originaria y aprenden el castellano como segunda lengua.
Nora Delgado Díaz, titular de la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira), destacó el compromiso de la región para implementar una educación que respeta la lengua materna de los estudiantes.
“El desarrollo de la lengua originaria en la escuela contribuye a fortalecer en los niños y niñas su identidad, autoestima y autonomía; les ayuda a desarrollar la expresión oral, la comprensión lectora, la resolución de problemas y lograr aprendizajes para la vida”, sostuvo.