Tinkuy 2022 fue inaugurado con un colorido pasacalle

Con un colorido pasacalle en el que participaron 250 escolares de pueblos originarios y afroperuanos ataviados con sus trajes típicos se inició al XI Encuentro Nacional Tinkuy 2022 que organiza el Ministerio de Educación (Minedu) y que se desarrollará hasta el 20 de noviembre en el centro recreacional Huampaní del distrito de Chaclacayo.

 

En la inauguración del evento, el director general de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural, Tito Medina, dijo que el encuentro promoverá la valoración de la diversidad cultural y lingüística y los saberes de las comunidades en el marco de la campaña ¡Fuertes de verdad! con el fin de fortalecer la autoestima y confianza de los estudiantes.

 

Por su parte, Flor Acuña, estudiante de Apurímac y presidenta del Tinkuy 2022, expresó su alegría por el retorno a la presencialidad del evento y señaló que este año se buscará mejorar la participación y el liderazgo de los estudiantes para fortalecer la identidad con sus respectivas comunidades y regiones.

 

El evento congrega a estudiantes y docentes de pueblos indígenas bilingües (castellano y la lengua originaria) de las comunidades ashaninka, asheninka, aimara, awajún, shipibo-konibo, wampis, matsigenka, jaqaru, achuar, kapanawa, ticuna, bora, ese eja, y delegaciones quechuas en sus diferentes variantes lingüísticas (quechua sureño, central y norteño), así como a estudiantes de comunidades afroperuanas y de ámbitos rurales y de Educación Básica Alternativa.

 

Los escolares participaron en la degustación de platos típicos de cada una de las delegaciones y en la fogata de confraternidad amenizada por una banda de músicos, en la que intercambiaron experiencias, conocimientos y vivencias.

 

En los siguientes días, cada grupo presentará diversos proyectos que desarrolla en sus comunidades y que están orientados al cuidado del medio ambiente y la conservación del agua.

 

El tema central del Tinkuy 2022 es visibilizar, reconocer y valorar los derechos de los niños en un espacio para la reflexión y el diálogo y mediante el desarrollo de una serie de actividades que fortalezcan el respeto y la valoración de la diversidad de pueblos, culturas y lenguas como potencial para el desarrollo de las comunidades del país.