Zoser Ramos, el maestro de la era digital que traspasa fronteras

Nota de prensa
 Ganador del Premio Nacional de la Juventud 2019 caminaba 3 horas diarias para llegar a su escuela primaria en Ayacucho

Fotos: Oficina de Prensa - Minedu

Oficina de Prensa

4 de octubre de 2019 - 11:15 a. m.

  • Ahora difunde en Youtube videos tutoriales con nuevas metodologías para enseñar comunicación y matemática a niños de zonas rurales

Cuando era niño, tenía que caminar 3 horas diarias para llegar a su escuela en un pequeño poblado de Ayacucho. Ahora, a los 23 años, Zoser Ramos Amiquero ha ganado el “Premio Nacional de la Juventud 2019” en la categoría Comunicación Social con un revolucionario proyecto que ha mejorado el rendimiento de escolares en varias instituciones educativas rurales del país y el extranjero a través de las plataformas digitales de internet.

El joven maestro bilingüe, que desde hace dos años administra “Educativa TV”, su canal en Youtube, enfoca sus esfuerzos en difundir videos tutoriales con nuevas metodologías para enseñar comunicación y matemática a los niños, afición que reforzó en la Universidad Peruana Unión, donde estudió desde el año 2013 con la Beca18 del Ministerio de Educación.

En un principio, desarrolló contenidos para ayudar a los maestros de su natal Urumay, anexo del centro poblado de Challhuamayo Baja, en el distrito de Tambo en la región Ayacucho, sin imaginar que su proyecto trascendería rápidamente a otras regiones del Perú, que llegaría a interactuar con docentes de Bolivia, Ecuador y México y que su página tendría miles de visitas.

Alimentación y estudio

Zoser Ramos, el quinto de seis hermanos, cuenta que sus padres Germán y Saturnina, dedicados a la agricultura y el pastoreo, nunca descuidaron la alimentación y educación de sus hijos y les inculcaron el amor por el estudio y la disciplina, a pesar de que ambos son iletrados y no tenían suficientes recursos económicos.

“Aprendí el castellano en la escuela primaria porque mi lengua materna es el quechua. Nunca dejé de ir a clases. Todos los días cargaba mis libros y mi refrigerio para caminar más de tres horas hasta mi escuelita I.E. Nº 38433 de Challhuamayo, y como era lejos, mi familia migró para estar más cerca del centro educativo”, relata.

En la infancia, su alimentación se basó en productos de la zona, como quinua, papa nativa, habas, chuño y huevos. De vez en cuando comía carnero y cuy, animales que criaba su madre, o trucha que pescaba su padre con el fin de procurar una buena alimentación para sus hijos.

Una gran lección

Cuando Zoser Ramos tenía 11 años de edad, una extraña enfermedad afectó sus extremidades inferiores y sus piernas se llenaron de llagas. En el hospital al que sus padres lo llevaron, y luego de exhaustivos exámenes que duraron varios meses, los médicos, sin llegar a un diagnóstico preciso, dijeron que la única solución para salvar la vida del niño era amputar las piernas.

Esa noticia no lo amilanó y siguió asistiendo a la escuela, algunas veces en los brazos de su padre, en una carretilla que empujaban sus hermanos o sobre una acémila. Pero el día de la intervención quirúrgica, el bus que lo llevaría hasta el Hospital de Ayacucho no llegó a su comunidad debido a un desperfecto mecánico.

Los días pasaban y mientras esperaba la reprogramación de la operación, logró recuperase con la ayuda de un curandero que lo trató con flores y yerbas de la zona. En cuatro meses recobró su salud totalmente y volvió a caminar.

Ese pasaje que lo enfrentó con la muerte le dejó una gran lección: que nada está perdido en la vida y que con perseverancia y paciencia se pueden superar todos los obstáculos que se presenten en el camino.

El joven docente considera que la tecnología es importante para el desarrollo de la educación pero no puede sustituir los juegos físicos de su infancia, como las canicas, el trompo, el aro, la soga o el fútbol.

Zoser Ramos asegura que el Premio Nacional de la Juventud 2019 "Yenuri Chiguala Cruz", que recibió de manos del presidente de la República, Martín Vizcarra, y de la ministra de Educación, Flor Pablo, es una distinción que lo motiva a trabajar más pues las nuevas generaciones merecen mejores oportunidades de desarrollo con el apoyo de la tecnología.