Jóvenes que sirvieron a la patria transforman sus vidas e inspiran a otros a perseguir sus sueños

Nota de prensa
Jóvenes de todo el país encuentran en este servicio el inicio de un futuro donde la vocación, la educación y el amor al Perú se convierten en la más valiosa victoria.
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13 de noviembre de 2025 - 3:06 p. m.

El Servicio Militar Voluntario no solo forma soldados, sino también ciudadanos comprometidos con el futuro del país. Jóvenes de distintas regiones del Perú han encontrado en esta experiencia una oportunidad para crecer, descubrir nuevas habilidades y abrirse un camino lleno de posibilidades y, hoy, muchos de ellos avanzan hacia un futuro profesional con las herramientas que les dio la patria.

Como muestra, un botón. Brayan Jesús Melgar Castillo es un licenciado de las Fuerzas Armadas que sirvió a su patria en el Ejército, precisamente en el Grupo de Artillería de Campaña N° 113, en Tacna. Antes de enlistarse, trabajaba en diferentes empresas agrícolas de su natal Ica y, actualmente, gracias a los beneficios que brinda el servicio militar y el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec), estudia la carrera de Psicología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

“Lo que me impulsó a servir a mi patria fue aprender la disciplina, el coraje, los valores que representan ser un militar. Me inculcaron el poder que tiene la mente sobre el cuerpo, el hecho de insistir, intentar y aprovechar las oportunidades”, manifiesta.

Con el mismo deseo de superación, Evelyn Huarcaya Basilio encontró su camino cuando sirvió en la unidad de la Compañía de Comando N° 21 del cuartel Rafael Hoyos Rubio, en el Rímac. Cuando cumplió 17 años, como muchos jóvenes, se enteró del primer llamamiento del Ejército a través de las redes sociales, y sin pensarlo dos veces, decidió inscribirse tras evaluar las oportunidades que se le abriría.

“Si nunca pierdes las esperanzas ni la perseverancia puedes lograr cualquier objetivo que te propongas. Destaco el apoyo de mi compañía, mi capitán, mi técnico, mis oficiales, porque me dieron el beneficio de poder estudiar y las facilidades para rendir mis exámenes”, recuerda la futura psicóloga, también becada, gracias a su esfuerzo, por el programa de becas del Estado en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

César Flores Barrientos es otro joven licenciado del Ejército que un día decidió cargar sus sueños y salir de su natal Marcabamba, en Ayacucho, para servir a su país. Hoy sigue prestando servicio como sargento reenganchado en el Batallón de Fuerzas Especiales Guardia Chalaca N° 40, de la Primera Brigada de Fuerzas Especiales.

“Desde el colegio ya tenía la vocación por vestir el uniforme y pertenecer a las filas de las Fuerzas Armadas. También investigué sobre todos los beneficios que daba el servicio militar, como postular a la escuela de formaciones, al Instituto de las Fuerzas Armadas y también lo que más me interesó fue la Beca 18”, recuerda.

Como sus compañeros, César destaca la disciplina, respeto y honradez inculcados en su formación militar. Gracias a esa receta, postuló con éxito a una beca para estudiar la carrera de Contabilidad en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).

Por otro lado, motivada por el deseo de servir a su país, Ada Lorena Gózar Blas vio en las Fuerzas Armadas una forma de vida que quiso seguir cuando, en época de pandemia, fue testigo de cómo los militares apoyaban a la población. Esa escena la impulsó a enlistarse en la Marina de Guerra y, lejos de su natal Huancayo, sirvió en la Comandancia de la Estación Naval de Submarinos, en el Callao.

“Invito a los jóvenes a realizar su Servicio Militar Voluntario, ya que no solo nos ofrece una formación integral, sino también nos da unas oportunidades para poder seguir adelante. Si deciden quedarse, el servicio nos otorga un descuento en la postulación a la Escuela Técnica del Ejército, y si desean retirarse, pueden postular a la Beca 18 mediante modalidad de Fuerzas Armadas”, señala, la también joven que hoy estudia con una beca la carrera de Administración y Finanzas en la UPC.

Los testimonios de Brayan, Evelyn, César o Ada nos recuerda que vestir el uniforme no solo significa servir con honor, sino también descubrir un camino de superación. Ellos son prueba de que la patria, cuando se abraza con convicción, devuelve oportunidades.

Todos podemos servir a la patria

El Servicio Militar Voluntario es una modalidad de incorporación a las Fuerzas Armadas dirigida a jóvenes de 18 a 30 años que, de manera libre y voluntaria, deciden servir a la patria. Durante su permanencia, los licenciados reciben una formación integral que combina disciplina, valores cívicos y preparación militar.

Además de contribuir a la seguridad y defensa nacional, el Estado les brinda beneficios concretos como alimentación, vestimenta, seguro de salud, apoyo económico, facilidades para concluir la educación secundaria, acceso a programas de capacitación técnica y la posibilidad de postular a becas de estudio superiores, tanto en institutos como en universidades.

Asimismo, también obtienen mayores oportunidades para ingresar a la Policía Nacional, al Ejército, Marina o Fuerza Aérea de manera profesional.