Países de la región impulsan protección de ecosistemas andinos ante los efectos del cambio climático

Esta mañana, la viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente (Minam), Yamina Silva, inauguró junto al embajador suizo Paul Garnier, las jornadas del Proyecto Regional Andes Resilientes, evento que congregó a representantes de instituciones ambientales de Bolivia, Ecuador y Perú con el objetivo de realizar actividades de intercambio y prospección sobre temas clave para la adaptación al cambio climático en la región.  

Durante la inauguración, la viceministra Silva manifestó que el Proyecto Regional Andes Resilientes al Cambio Climático “contribuye a fortalecer y articular a los actores públicos y privados para proveer servicios orientados a incrementar la resiliencia y la adaptación de las poblaciones rurales andinas”.

En ese sentido saludó la creación de espacios de diálogo, intercambio y reflexión entre diversos actores de Bolivia, Ecuador y Perú, “quienes compartirán sus experiencias y lecciones aprendidas sobre las acciones e iniciativas regionales que vienen gestando, además de  los temas clave y emergentes en la agenda de la adaptación al cambio climático”.

“Desde el Ministerio del Ambiente, en nuestro rol de Autoridad Nacional en materia de Cambio Climático, hago un llamado a fortalecer la cooperación sur-sur y la coordinación interna entre el gobierno y esta iniciativa en favor de nuestros ecosistemas”, remarcó. 

En la cita también estuvieron presentes el director de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, Anton Hilber; el director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Orlando Achu; la directora de Estudios Económicos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego del Perú, Carolina Ramírez y demás especialistas del sector. 

El proyecto Andes Resilientes busca contribuir en el fortalecimiento y articulación de las capacidades de actores públicos y privados para proveer servicios que fortalezcan la resiliencia y capacidad de adaptación al cambio climático de poblaciones rurales andinas en pobreza y vulnerabilidad, apuntando a la mejora de su seguridad alimentaria y seguridad hídrica.