Minam publicará estudio sobre la diversidad del ají peruano y la importancia de su conservación
Nota de prensaHay algunas variedades que se cultivan en condiciones de agricultura intensiva o industrial y otras que crecen en huertos y jardines donde se cultivan con prácticas tradicionales.




6 de setiembre de 2024 - 11:00 a. m.
Lima.- El ají es mucho más que un ingrediente esencial en la cocina peruana. Es un símbolo de la rica biodiversidad agrícola del Perú, un gran saborizante y buen recurso energético en temporada de frío, entre otros beneficios.
Esta especie de nuestra flora (género Capsicum) incluye una gran diversidad de tipos, cultivadas y silvestres, que se observan en la amplia variedad de sabores, colores y niveles de picante. Cada uno de estos elementos enriquece la cocina peruana y representa un legado cultural invaluable.
El Ministerio del Ambiente (Minam) en cumplimiento de su rol sectorial, implementa diferentes acciones orientadas a la conservación y utilización sostenible de las cinco especies cultivadas de ají y rocoto.
Investigación
En este contexto, el Minam ha elaborado la "Línea de base de la diversidad del ají y rocoto peruano con fines de bioseguridad", a través del cual se ofrece una visión integral de las especies del género Capsicum presentes en Perú. Dicho estudio enfatiza en el valor estratégico, ecológico y cultural, estableciendo una base sólida para futuras acciones de uso sostenible vinculadas a su producción, pero sin descuidar su efectiva conservación.
El estudio, que se presentará el próximo martes 10 de setiembre, documenta cuantos y cuáles son las especies de Capsicum presentes en nuestro territorio, aborda las amenazas potenciales y los medios para enfrentarlos, entre otros aspectos relevantes.
Perú picante
Según el director general de Diversidad Biológica del Minam, Mirbel Epiquien, cada región natural del Perú tiene su ají característico: el mochero en el norte, el rocoto a lo largo de las yungas y los Andes; y el charapita en la Amazonía.
Entre los ajíes más conocidos se encuentran el panca, el amarillo, el limo y el rocoto, producidos mediante agricultura convencional. También están el pimiento y la páprika, que se cultivan en condiciones de agricultura intensiva o industrial para la exportación. “En los huertos y jardines se cultivan con prácticas tradicionales un sinfín de variedades tradicionales como el ají dulce, el ají pucunucho, y muchos más”, acotó.
En los bosques amazónicos, las cuencas hidrográficas y bosques secos, crecen las especies silvestres, ancestros de los cultivos, adaptados a condiciones extremas de sequedad o humedad, que son fuente de genes adaptativos para el cambio climático.
La ruta del ají
Los especialistas del Minam han realizado un exhaustivo monitoreo de la diversidad del ají a través de la "Ruta del Ají", un programa que permite conocer la distribución y estado de las variedades en diversas regiones del país. Este esfuerzo facilita la recolección de datos esenciales para la conservación, fomenta la participación comunitaria y sensibiliza a la población sobre la importancia de preservar estas especies.
Efeméride
“El Día Nacional del Ají” es una oportunidad para revalorar la riqueza de su biodiversidad y reconocer a los agricultores y sus comunidades por conservar y proteger esta herencia natural y cultural. El Minam contribuye a ello mediante la conservación, la investigación, el monitoreo y la educación ciudadana.
Esta especie de nuestra flora (género Capsicum) incluye una gran diversidad de tipos, cultivadas y silvestres, que se observan en la amplia variedad de sabores, colores y niveles de picante. Cada uno de estos elementos enriquece la cocina peruana y representa un legado cultural invaluable.
El Ministerio del Ambiente (Minam) en cumplimiento de su rol sectorial, implementa diferentes acciones orientadas a la conservación y utilización sostenible de las cinco especies cultivadas de ají y rocoto.
Investigación
En este contexto, el Minam ha elaborado la "Línea de base de la diversidad del ají y rocoto peruano con fines de bioseguridad", a través del cual se ofrece una visión integral de las especies del género Capsicum presentes en Perú. Dicho estudio enfatiza en el valor estratégico, ecológico y cultural, estableciendo una base sólida para futuras acciones de uso sostenible vinculadas a su producción, pero sin descuidar su efectiva conservación.
El estudio, que se presentará el próximo martes 10 de setiembre, documenta cuantos y cuáles son las especies de Capsicum presentes en nuestro territorio, aborda las amenazas potenciales y los medios para enfrentarlos, entre otros aspectos relevantes.
Perú picante
Según el director general de Diversidad Biológica del Minam, Mirbel Epiquien, cada región natural del Perú tiene su ají característico: el mochero en el norte, el rocoto a lo largo de las yungas y los Andes; y el charapita en la Amazonía.
Entre los ajíes más conocidos se encuentran el panca, el amarillo, el limo y el rocoto, producidos mediante agricultura convencional. También están el pimiento y la páprika, que se cultivan en condiciones de agricultura intensiva o industrial para la exportación. “En los huertos y jardines se cultivan con prácticas tradicionales un sinfín de variedades tradicionales como el ají dulce, el ají pucunucho, y muchos más”, acotó.
En los bosques amazónicos, las cuencas hidrográficas y bosques secos, crecen las especies silvestres, ancestros de los cultivos, adaptados a condiciones extremas de sequedad o humedad, que son fuente de genes adaptativos para el cambio climático.
La ruta del ají
Los especialistas del Minam han realizado un exhaustivo monitoreo de la diversidad del ají a través de la "Ruta del Ají", un programa que permite conocer la distribución y estado de las variedades en diversas regiones del país. Este esfuerzo facilita la recolección de datos esenciales para la conservación, fomenta la participación comunitaria y sensibiliza a la población sobre la importancia de preservar estas especies.
Efeméride
“El Día Nacional del Ají” es una oportunidad para revalorar la riqueza de su biodiversidad y reconocer a los agricultores y sus comunidades por conservar y proteger esta herencia natural y cultural. El Minam contribuye a ello mediante la conservación, la investigación, el monitoreo y la educación ciudadana.