Padres trabajadores del Inabif festejan su día junto a las poblaciones vulnerables que atienden en los centros del MIMP
Nota de prensa


Fotos: Mimp
20 de junio de 2020 - 11:42 a. m.
Tres testimonios de trabajadores de los servicios que brinda el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), son una muestra de compromiso, afecto y solidaridad con las niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad que viven en los centros de acogida y de atención residencial, administrados por el Inabif.
Celebración doble
Wilber Roque Sucasaca (40 años) trabaja en el Centro de Acogida Residencial (CAR) Casa Isabel y Sagrada Familia de Arequipa, que atienden a niñas y niños, y adultos con discapacidad, respectivamente. Es abogado de profesión y decidió brindar todo su conocimiento y cariño a las personas con discapacidad, a fin de quese les reconozca sus derechos y a su inclusión a la sociedad.
El abogado llegó al Inabif en el 2013, trabajó en la Unidad de Servicios de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes y luego en la Unidad de Servicios de Protección de Personas con Discapacidaden Lima. Desde el 2019 es el director de los referidos CAR en la región Arequipa.
Este domingo, Wilber celebra el día del padre por partida doble, porque su primera hijita nació el 15 de mayo último, una alegría que lo desborda y que le entrecorta la voz, cuando la menciona. “En plena cuarentena nació mi hija, fue muy difícil solo verla y no cargarla. Pasaron algunos días y recién la pude tener en mis brazos con todos los protocolos de bioseguridad”, dice.
Wilber siempre está vigilante a que las y los residentes reciban una atención integral y vida digna. A cambio recibe mucho cariño. “Soy el papa de ellas y ellos. A veces me toman la mano y me enseñan sus avances, me buscan, todo este tiempo me prepararon para la llegada de mi hija”, rememora.
Para él, la gran lección que recibe todos los días de parte de las y los residentes con discapacidad, es dar un cariño sincero, sin interés de por medio. “Sus abrazos son una gran carga de energía, de amor inocente”, menciona.
“El Inabif me cambió la vida, me hizo más sensible. Cuando mepidieron que venga a acompañarlos durante la cuarentena, dije sí de inmediato, porque mi deseo es cuidar a mis hijas e hijos”, puntualiza.
Vocación de servicio
Héctor Henry Zegarra Jumanga (33 años), licenciado en educación,ingresó a trabajar al Inabif en diciembre de 2019. Hoy es el director del refugio temporal que atiende a personas adultas mayores (PAM) en abandono y que estuvieron en la vía pública expuestas al contagio del COVID-19, en el distrito de La Molina.
Comenta que las PAM son como un libro abierto de experiencias porque sus vidas están llenas de historias. “Conversar con ellos y escuchar sus vivencias es maravilloso, el hecho que te cuenten, que confíen en ti te marca la vida en cierta medida y te pones a pensar que hay que saberla aprovechar y hacer lo correcto”, asegura.
Para el educador, trabajar en el Inabif es desarrollar su vocación de ayuda social y garantizar el cumplimiento de los derechos que tienenlas poblaciones vulnerables. “Aquí en el refugio ya todos me conocen, unos me llaman amigo o por mi nombre, porque me consideran parte de la familia, otros me tratan como si fuera su hijo”, sonríe agradecido por la oportunidad de ayudar a quien más lo necesita.
Héctor es papá de una niña. “Mi princesa tiene 3 años, sabe que su papi a veces no está en casa porque durante los años que tengo trabajando en programas sociales, no he podido estar con ellos”, refiere.
Padre ingenioso
Por otro lado, en el Centro de Acogida Residencial Divino Jesús, ubicado en el distrito de San Miguel, Alberto Carreal Mendoza (47 años) es uno de los trabajadores que decidió pasar la cuarentena en este centro, acompañando a las niñas y niños, a fin de prevenir el contagio del COVID-19.
Alberto, con sus estudios de electricidad y carpintería, aunados a su ingenio y creatividad, es el dueño de cualquier emergencia que se presente en el CAR. Él se encarga de los servicios generales, como reparar ventanas o puertas. También apoya en el servicio de lavandería y si se rompe una tubería, la repara.
En el CAR celebra el día del padre atento a cualquier urgencia que necesite de su apoyo. “Este es mi segunda casa. Aquí tengo muchas hijas e hijos. Llegar aquí fue un designio de Dios. Estoy para servir”, dice recordando a su primogénito que sirve al Ejército, y que no lo ve pues, así como él, ambos se encuentran en la primera línea de atención y batalla contra el nuevo coronavirus.
Cuidado de los más vulnerables
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), a través del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif), brinda atención a niñas, niños y adolescentes, personas con discapacidad y personas adultas mayores en desprotección familiar, que se encuentran albergados en los 65 centros distribuidos a nivel nacional.
Así mismo, durante la cuarentena el MIMP ha implementado cuatroservicios de refugio temporal (Villa María del Triunfo, La Molina, San Juan de Lurigancho y Pueblo Libre) donde acogen a personas adultas mayores, niñas, niños y adolescentes en abandono o víctimas de violencia, que estaban expuestos al contagio del COVID-19.
Actualmente el Inabif brinda atención integral a un total de 2,269 personas (1,574 niñas, niños y adolescentes, 389 personas con discapacidad y 303 personas adultas mayores).