Viceministra refuerza compromiso con mujeres e integrantes del grupo familiar afectadas por la violencia en Santillana

En una visita a uno de los territorios más alejados de Ayacucho, la viceministra de la Mujer, Ana Sofía Rodríguez, llegó al distrito de Santillana, en la provincia de Huanta, para conocer de cerca el trabajo del Servicio de Atención Rural (SAR), estrategia implementada por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) a través del Programa Nacional Warmi Ñan.

Durante su recorrido, la viceministra sostuvo reuniones con autoridades locales, lideresas, líderes comunitarios y población en general, quienes resaltaron el impacto positivo del SAR en la prevención y atención de casos de violencia en la zona. Cabe recordar que Santillana es una localidad históricamente golpeada por el terrorismo y por la limitada presencia de servicios públicos.

"La presencia del SAR en Santillana representa un avance concreto del Estado en la protección de mujeres y familias afectadas por violencia. Hoy estamos llegando donde antes no lo hacíamos, llevando atención, prevención y protección", destacó la viceministra Ana Sofía Rodríguez.

La viceministra también destacó el trabajo articulado con las autoridades locales, lo que ha permitido mejorar los mecanismos de respuesta y atención en la zona.

En poco más de un año, el Servicio de Atención Rural en Santillana ha atendido más de 40 casos de violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar, brindando atención legal, psicológica y social. Además, mediante acciones de sensibilización y prevención, ha logrado involucrar a más de 370 personas de la comunidad, fortaleciendo la capacidad local para prevenir la violencia.

Actualmente, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables cuenta con 67 equipos SAR que operan en 364 comunidades rurales de 64 distritos, distribuidos en 49 provincias y 23 regiones del país, acercando los servicios de atención y justicia a las poblaciones más vulnerables.

Finalmente, reafirmó el compromiso del sector de seguir fortaleciendo y ampliando estos servicios, con un enfoque comunitario y de pertinencia cultural, para garantizar una atención integral y oportuna a todas las personas afectadas por violencia, especialmente en las zonas rurales más alejadas del país.