Esposos lambayecanos sacan adelante a su familia con negocio de cuyes

Allá por el año 2008, en el centro poblado de Kongacha, distrito Incahuasi, en Lambayeque, cuando Francisca Tenorio y Patricio Huamán decidieron comprar una pareja de cuyes para criarla en la cocina de su casa, nunca imaginaron que años más tarde tendrían su propio negocio de criadero de cuyes.  

 

Al ver que los animalitos se reproducían con rapidez y que algunos vecinos les pedían cuyes en venta, surgió la idea de iniciar su propio emprendimiento. ¡Y vaya que les funcionó! Pronto el espacio de la cocina empezó a quedar chico, así que decidieron implementar un corral en la parte trasera de su casa. 

 

Teniendo en cuenta que las hembras tienen entre dos a tres crías en promedio y cuatro a cinco partos por año, el corral se convirtió en poco tiempo en una granja que, a la fecha, alberga a más de 400 cuyes. 

 

La familia Huamán Tenorio forma parte del programa Juntos, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Ellos tienen dos menores hijas: Ladyz Violeta y Dina María, de 12 y 15 años respectivamente, quienes asisten todos los días al colegio. Por ello, el programa social les entrega un incentivo económico que invierten en la educación de las menores.

 

Francisco, un hombre algo tímido pero sociable, nos contó que iniciar un negocio a gran escala y sin tener experiencia, es aventurarse a lo desconocido, pero cuando se tienen que afrontar los gastos de un hogar, ese miedo se convierte en combustible para salir adelante.

 

“El cuy es un animal muy delicado para criar. Se necesita mucha dedicación y cuidado, sino se mueren. Al principio se me morían, pero al comentarle a un amigo que también criaba, me dijo que probablemente se enfermaban de salmonelosis y que les tenía que dar un remedio en gotas. Desde entonces, entre ensayo y error, encontré la dosis exacta”, comenta con satisfacción.

 

Francisca, quien es la que alimenta a los cuyes en diferentes horarios y con mucha paciencia, cuenta que los agrupan por el tiempo de vida y de esta manera garantizan que no se agredan, o en el peor de los casos, se maten entre ellos. 

 

Gracias a los cuyes, la familia Huamán Tenorio ha podido darle calidad de vida a sus hijas, a quienes les han inculcado la importancia de la educación. Por ello, planean comprar a fin de año una laptop para ellas, herramienta de estudio que les permitirá avanzar en optimizar su aprendizaje y poder competir, al terminar su secundaria, por una beca de estudios.