Ayacucho: Madre usuaria del programa Juntos logró que sus tres hijos tengan estudios superiores

Cuando apenas tenía meses de nacida, Emilia Romero Morales, perdió a su padre en los años 80. Desde entonces su historia de vida no ha sido fácil porque tuvo que lidiar con experiencias difíciles, sin embargo, la adversidad se convirtió en una oportunidad para salir adelante.

Debido a la zozobra que se vivía en su natal Uchuraccay, en la provincia de Huanta, su madre migró al distrito de Tambo, donde Emilia fue entregada en adopción a una nueva familia.

“La familia con la que vivía era muy pobre por lo que preferían que trabaje en la chacra en lugar de estudiar. Con ellos viví hasta los 15 años sin ninguna oportunidad de mejorar mi condición ni volver con mi madre a la cual jamás conocí”, relata Emilia.

A los 16 años, conoció a su esposo Sergio y se mudaron a la ciudad de Huamanga. “Llegamos a la provincia y construimos una casita de barro en un terreno de la familia de mi esposo. Junto a mis 5 hijos, mi esposo tampoco tuvo la oportunidad de estudiar, por ello, ambos ideamos diversas formas de ganarnos la vida”, añade.

Emilia ha trabajado como empleada del hogar, y actualmente se dedica a la venta ambulatoria de gelatinas, dulces y golosinas en diversas plazas de la ciudad.

Hace 15 años su esposo fue diagnosticado de una extraña enfermedad a los huesos que ha debilitado su salud y no le permite trabajar. Desde entonces Emilia debió multiplicar esfuerzos para sacar adelante a su familia.

Emilia, quien es usuaria del programa Juntos, cuenta que la gestora local es como una “madre” para ella, porque siempre estuvo presente apoyándola y motivando a que no se rinda. “Estoy muy agradecida con el Programa porque estuvieron pendientes de mí y de mi familia en todo momento”.

Ella inculcó en sus hijos la importancia del estudio. Su empeño tuvo grandes frutos, tres de ellos obtuvieron becas para estudios superiores.

Kevin, el hijo mayor de Emilia, a sus 24 años, acaba de culminar la carrera de Arquitectura y se encuentra elaborando su tesis para obtener el título profesional.

Él desde pequeño era muy responsable y aplicado, fue becado por un colegio privado por sus buenas notas, culminó la etapa escolar y postuló a una beca en el programa Beca 18, logrando estudiar en una universidad privada de Lima.

Su segundo hijo Julio Cesar, de 21 años, estudia mecánica automotriz en Ayacucho y en pocos meses se graduará. Además, tiene como objetivo estudiar una segunda carrera técnica de enfermería.

Fiorella de 18 años terminó el colegio y también logró ingresar becada a la carrera de Derecho Corporativo en la Universidad ESAN.

Su hijo Daniel Esteban de 16 años tiene discapacidad auditiva, pero ello no le impide ser el mejor alumno de su clase, cursa el 5to año de secundaria y se viene preparando para estudiar Ingeniería de Sistemas. Y su última hija Gabriela tiene 3 añitos y se encuentra en el primer año de inicial.

Emilia es una mujer coraje, luchadora y trabajadora. Para ella, sus hijos son la razón de su felicidad, la llenan de orgullo y le dan fuerza para seguir avanzando hasta que ellos sean profesionales, encuentren mejores oportunidades y puedan salir de la pobreza.