Emprendimiento de usuaria de Juntos mezcla el sabor de casa con herencia culinaria de Yanahuanca

Nota de prensa
Gracias al impulso del Estado, la madre de familia, Miriam Soledad, pudo abrir su propio restaurante y convertirse en el favorito de su comunidad.
Emprendimiento de usuaria de Juntos mezcla el sabor de casa con herencia culinaria de Yanahuanca

28 de marzo de 2025 - 7:06 p. m.

En el corazón de Yanahuanca, capital de la provincia Daniel Alcides Carrión, en Pasco, donde las montañas parecen tocar el cielo y el frío abraza las madrugadas, Mirian Soledad Soto, usuaria del programa Juntos, logró algo que muchos de sus coterráneos creían imposible: abrir un restaurante exitoso que mezcla armoniosa y exquisitamente el sabor de casa y la herencia culinaria de dicha región.
Haciendo un alto en sus labores, “Sholy”, como la llaman cariñosamente en su comunidad y es también el nombre que lleva su negocio, recuerda el momento en que ella junto a su esposo y sus tres hijos, se afilió al programa Juntos del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
“Los abonos que recibo de Juntos los invierto en la educación de mis hijos: compro sus útiles, sus cuadernos y lo que necesiten para que puedan estudiar con tranquilidad”, comentó la usuaria.
Es así que gracias al impulso del Estado, Miriam Soledad pudo comenzar a concretar el sueño de tener su propio negocio. Tenía la determinación de hacerlo, pero también otro gran ingrediente, su amor por la cocina, que es un legado de sus abuelos y padres, quienes le enseñaron desde niña, los secretos de los sabores que predominan en su región.
Ella comenzó el 2016 vendiendo almuerzos en un rinconcito de su casa y en la feria dominical, con una cocina sencilla y un menú lleno de tradición, con platillos infaltables, como la trucha frita, el picante de cuy y la sopa de quinua; todo con un sabor a hecho casa.
Así, poco a poco, juntando sol a sol, logró alquilar el local donde actualmente funciona su restaurante “Sholy”; un espacio rústico, pero cálido, en el que, con la ayuda de su esposo, atiende a cada comensal, haciéndolos sentir como su estuvieran en su propio hogar.
Hoy Soledad está a punto de cumplir otro sueño: tener su propio local, construido con todas las condiciones y listo para recibir a sus clientes con la calidez y el sabor de siempre.
Al final de nuestra charla y mientras el humo de sus ollas baila entre aromas de ají y hierbas frescas, Soledad cocina acompañada de su hijo de14 años, quien, como ella, se enamoró de la cocina. "A veces le digo que descanse, pero él quiere estar aquí, aprendiendo. Dice que un día será chef y abrirá otro ‘Sholy’, en la capital o quién sabe dónde", cuenta con entusiasmo.