Cinco mujeres emprendedoras de hogares Juntos que inspiran en sus comunidades
Nota de prensaSon tejedoras, ceramistas, carpinteras y agricultoras, pero también madres que buscan mejorar la calidad de vida de sus familias.

16 de enero de 2025 - 12:04 p. m.
El programa Juntos del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, no solo promueve el acceso a la salud y educación, sino también, busca que sus madres usuarias puedan emprender negocios sostenibles en el tiempo, que les permitan aportar a la economía de su hogar. Estos son solo algunos ejemplos:
Ana Cecilia Vargas es ceramista del distrito de Quinua, en la provincia de Huamanga, en Ayacucho. Ella tiene un taller llamado Kallpa (fuerza, en castellano), en el que elabora y vende trabajos de cerámica tradicional, decorativos, artísticos y todo lo que sus clientes le pidan.
“Primero vamos a las canteras a extraer arcilla, luego la secamos tendiéndola en mantas, chancamos, molemos, cernimos y ya se puede hacer el moldeado, amasando a mano la arcilla y dándole forma a lo que queremos crear”, comenta mientras muestra sus vasijas, toritos e iglesias hechas de arcilla.
En la región Cusco, Josefina Quillahuamán es una experta tejedora en telar, que ha hecho de su arte, un emprendimiento que viene creciendo poco a poco gracias a su empeño, talento y dedicación.
Josefina elabora coloridas mantas, abrigadores ponchos y correas para la cintura. Eso sí, señala que no hace nada a máquina. “De esta manera trabajo para salir adelante, por eso quiero decirles a todas mis compañeras que no se rindan, que busquen oportunidades, cosas que sepan hacer y trabajen duro por alcanzar sus sueños”.
Kelly Aquino es una joven tumbesina que, junto a su esposo, iniciaron un negocio de fabricación de muebles de madera. Ellos fabrican de todo: roperos, mesas, cómodas, sillas, estantes y lo que sus exigentes clientes les pidan.
“Hace año y medio, junto a mi esposo, decidimos lanzarnos con este negocio. Él había trabajado de joven en una carpintería y yo la verdad no conocía mucho, pero fuimos aprendiendo, capacitándonos y ahora hacemos un gran equipo. Mientras él diseña y le da los acabados, yo corto la madera y lijo”, comenta.
En Huánuco, Liberita Serrano es todo un ejemplo de emprendedora. Ella empezó en la venta de productos agrícolas desde cero: primero preparó la tierra en una ladera del caserío de Marcapampa, luego sembró e injertó los plantones. Después los regó, cultivó y abonó con esfuerzo.
Ahorrando el dinero que recibía de Juntos, logró comprar 100 plantones de palta, 100 de durazno, 250 de tara, 100 de naranja y limón, y los sembró con sus propias manos. Durante el 2024 obtuvo los primeros frutos de su chacra y compró una vieja pero útil moto carga que aprendió a manejar sin que nadie le enseñara.
Todas estas mujeres tienen muchas cosas en común: además de pertenecer al programa Juntos y ser un ejemplo de superación, persiguen un mismo objetivo: crecer cada día para poder ofrecerle a sus hijos y familia, una mejor calidad de vida.