Gladys Carcelén: “Siempre existe una segunda oportunidad para volver a comenzar”

NOTA DE PRENSA N° 025 -2023-INPE
Cuando nos referimos a un establecimiento penal, el común de los ciudadanos piensa en delitos, personas al margen de la ley o menospreciadas por la sociedad, el peor lugar donde nadie en su sano juicio quisiera estar.

A diferencia de ellos, Gladys Carcelén, voluntaria del INPE, nos confiesa que nunca antes había compartido esos sentimientos, pero siempre tuvo la curiosidad de saber qué pasaba al interior de un centro carcelario, si la violencia y delincuencia reinaban, cómo sería la convivencia entre ellos; es así que en 1997 llegó al penal de Castro Castro y grande fue su sorpresa al entender que al final estas personas siguen siendo humanas, que en su momento se equivocaron, y que es decisión suya darle un nuevo sentido a sus vidas.

Con el apoyo de la asociación Fraternidad Carcelaria del Perú, la agente pastoral, inició su labor social en diferentes recintos penales, principalmente en Anexo Chorrillos, brindando oportunidad a los/as privados de libertad, de modificar sus actitudes y tener una nueva perspectiva de vida, a través de charlas motivacionales y de acercamiento con Dios.

Asimismo, haciéndolos partícipes en talleres productivos, donde internos/as puedan desarrollar habilidades que les permitan aprender un oficio para su sustento económico durante el encierro y fuera de él.

Carcelén, en los 25 años de experiencia, afirma que el motivo que los lleva a mejorar sus conductas es el hecho de participar en nuestros talleres con el fin de aprender y emprender. “Eso me llena de alegría y siento la responsabilidad de darles una mano”, agrega.

Señala que se mantiene en el INPE, por decisión divina. “Aún no he terminado mi misión y seguiré apoyando, acompañando y devolviendo la fe a quienes creen que estando aquí lo pierden todo, porque la única opción de salir airoso/a del pasado es perdonándose así mismo e iniciando un nuevo camino alejados del delito”, añadió.

En el marco de la campaña “Ayúdanos a recuperar personas”, la hermana Gladys hizo una invitación a ser parte de la red de voluntarios del INPE y a compartir dones o talentos con la población penal, que busca una segunda oportunidad.