La hermana Rocío y su vocación de servicio por la resocialización

Nota de prensa
26 años realizando labor social en el penal de Trujillo
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29 de diciembre de 2022 - 5:07 p. m.

NOTA DE PRENSA N 880-2022-INPE

La labor voluntaria es aquella que se asume de forma desinteresada y a la vez comprometida con las personas que necesitan ayuda, pero los motivos que llevan a convertirse en uno de ellos o ellas responde casi siempre a nuestra vocación de servicio.

Rocío Zapata Chignes de la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis de Trujillo, mejor conocida como la hermana Rocío, nos cuenta que siempre tuvo el interés de ayudar a las personas marginadas por la sociedad, como son principalmente a aquellas recluidas en los centros carcelarios, hasta que un día el llamado de ayuda llegó, era un sueño cumplido, y no dudó en aceptarlo.

Era el 2006 y el recinto penal de Trujillo no contaba con el servicio de educación nivel secundario para los privados de libertad, es así que a través de la pastoral carcelaria, la hermana logró gestionar convenios interinstitucionales con diferentes entidades educativas en beneficio de población penal y con miras a contribuir en su proceso de resocialización.

“Actualmente vengo apoyándolos con talleres de hidroponía (un sistema de cultivo de plantas en una solución de agua con nutrientes), cerámica y música ( a través de la orquesta RQ), así como terapias espirituales, que en su conjunto promueven en ellos el desarrollo de destrezas, aprovechamiento de tiempo productivo, capacidad para emprender un negocio y sobre todo mejorar la convivencia al interior de sus pabellones”, afirma.

A nivel personal considera que ha contribuido con su granito de arena en la reinserción de internos e internas. “Es grato encontrarlos ya en libertad como ciudadanos, trabajando y haciendo el bien con nuevo semblante y con una actitud positiva”, agrega.

Bajo el lema ¡Ayúdanos a recuperar personas!, la hermana Rocío te invita a unirte a esta campaña y realizar un trabajo altruista por las personas que aclaman una segunda oportunidad.

Así como la hermana Rocío, al interior de los centros penitenciarios contamos con voluntarios/as que comparten su talento con la población penal, sin recibir nada a cambio, ya sea para el teatro, el baile, la música, las manualidades, con apoyo espiritual, psicológico, etc., de esta manera van dejando huellas, cambiando conductas y reconstruyendo autoestimas con la única motivación de contribuir a recuperar a hombres y mujeres que equivocaron su camino y que están dispuestas a cambiar sus vidas.