Un fósil microscópico encontrado en Arequipa revela secretos del clima de hace millones de años
Nota de prensaEl Globigerina bulloides revela cómo ha cambiado la temperatura del planeta a lo largo del tiempo.

10 de julio de 2025 - 7:51 p. m.
Un organismo microscópico hallado en Arequipa está ayudando a los científicos a reconstruir el clima del pasado y entender mejor el presente. Se trata de Globigerina bulloides, un diminuto foraminífero planctónico que ha habitado los océanos desde hace más de 23 millones de años y que aún existe en la actualidad.
Este fósil fue hallado en estratos de la Formación Camaná, en la región Arequipa, y corresponde al Oligoceno Superior, es decir, tiene entre 27 y 23 millones de años. Gracias a sus características únicas y a su sensibilidad al cambio climático, ha sido elegido por Ingemmet como el “Fósil del Mes” de julio de 2025.
¿Qué es un foraminífero?
Este fósil fue hallado en estratos de la Formación Camaná, en la región Arequipa, y corresponde al Oligoceno Superior, es decir, tiene entre 27 y 23 millones de años. Gracias a sus características únicas y a su sensibilidad al cambio climático, ha sido elegido por Ingemmet como el “Fósil del Mes” de julio de 2025.
¿Qué es un foraminífero?
Los foraminíferos son organismos unicelulares marinos que viven en el plancton o sobre los fondos marinos. Aunque miden apenas unas fracciones de milímetro, construyen conchas de carbonato de calcio (testas) que se preservan como microfósiles en los sedimentos marinos. Estas estructuras permiten estudiar cambios ambientales antiguos. Algunos foraminíferos actuales, como Neogloboquadrina pachyderma o Orbulina universa, también son muy usados en estudios de paleoclima.
En el caso de G. bulloides, su concha posee una forma espiralada con cámaras globulares y superficie rugosa. Este diseño, aunque minúsculo, es muy valioso: al formarse, la concha capta la composición química del agua marina, incluyendo la temperatura y el contenido de CO₂.
Este organismo vive en aguas templadas a frías y es especialmente abundante en zonas de surgencia, regiones donde aguas profundas y frías ascienden hacia la superficie trayendo nutrientes. En estos entornos, G. bulloides se alimenta principalmente de algas microscópicas, lo que se refleja en el color verde o marrón de su citoplasma. Esta dieta la diferencia de otros foraminíferos espinosos, que suelen ser carnívoros.
¿Por qué es importante este fósil?
Porque sigue existiendo hoy. Su presencia tanto en registros fósiles como en aguas actuales permite comparar directamente condiciones climáticas del pasado con las del presente. Su sensibilidad a la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en el océano la convierte en una especie clave para reconstruir el clima antiguo y entender procesos del cambio climático actual.
Conocer más sobre Globigerina bulloides y otros foraminíferos ayuda a descifrar cómo ha evolucionado el clima de la Tierra y qué podemos esperar en los próximos años.
En el caso de G. bulloides, su concha posee una forma espiralada con cámaras globulares y superficie rugosa. Este diseño, aunque minúsculo, es muy valioso: al formarse, la concha capta la composición química del agua marina, incluyendo la temperatura y el contenido de CO₂.
Este organismo vive en aguas templadas a frías y es especialmente abundante en zonas de surgencia, regiones donde aguas profundas y frías ascienden hacia la superficie trayendo nutrientes. En estos entornos, G. bulloides se alimenta principalmente de algas microscópicas, lo que se refleja en el color verde o marrón de su citoplasma. Esta dieta la diferencia de otros foraminíferos espinosos, que suelen ser carnívoros.
¿Por qué es importante este fósil?
Porque sigue existiendo hoy. Su presencia tanto en registros fósiles como en aguas actuales permite comparar directamente condiciones climáticas del pasado con las del presente. Su sensibilidad a la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en el océano la convierte en una especie clave para reconstruir el clima antiguo y entender procesos del cambio climático actual.
Conocer más sobre Globigerina bulloides y otros foraminíferos ayuda a descifrar cómo ha evolucionado el clima de la Tierra y qué podemos esperar en los próximos años.