Ingemmet presenta un fósil marino peruano y lo nombra en homenaje a la hoja de coca

Nota de prensa
Data de hace 473 millones de años, y fue descubierto en el valle del río Apurímac.
Recreación del periodo Ordovicico
Bactroceras cocafolium. Diversos especímenes procedentes del yacimiento de Kimbiri Alto (provincia de La Convención, Departamento del Cusco). La abertura de la concha se orienta hacia arriba en todos los casos.
Ilustración de algunos cefalópodos del Ordovícico peruano, resaltando en rojo los ejemplares de la nueva especie Bactroceras cocafolium.

9 de mayo de 2025 - 9:30 a. m.

En lo profundo de las montañas y selvas del Cusco, donde hoy crecen cultivos de coca y serpentea el río Apurímac, los científicos han descubierto restos de un antiguo habitante del mar: un Bactroceras cocafolium. Aunque hoy está a cientos de kilómetros del océano, hace más de 470 millones de años, esa zona formaba parte del lecho marino del supercontinente Gondwana.

El Bactroceras cocafolium era un cefalópodo, un pariente lejano de los pulpos y calamares actuales. Tenía una concha recta, dividida internamente por tabiques, que le ayudaba a flotar y moverse en el agua. Vivió en el período Ordovícico, un tiempo geológico que se remonta a unos 473 millones de años y que se caracteriza por una gran explosión de vida marina.

El nombre “cocafolium” es un homenaje directo a las hojas de coca (folium en latín significa “hoja”) y a los agricultores del valle del río Apurímac, que cultivan esta planta ancestral mayormente con fines de subsistencia.

“Se decidió la hoja de coca puesto que es la hoja sagrada de los Incas y sus propiedades medicinales, símbolo tradicional de nuestra cultura andina que refleja la generosidad de nuestra naturaleza”, dijo el Ing. Cesar Chacaltana, de la Dirección de Geología Regional del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet).

Este hallazgo se suma a otros fósiles sorprendentes descubiertos en los afloramientos rocosos marinos de Pichari y Kimbiri (provincia de La Convención, Cusco). Allí también se encontraron nuevos géneros y especies de braquiópodos —organismos marinos de concha similar a la de una almeja—, como Apurimella (en honor al río Apurímac) y Nocturnellia ashaninka (en tributo al pueblo indígena Asháninka).

El estudio fue publicado en la prestigiosa revista Journal of Paleontology y estuvo a cargo de un equipo internacional. Entre los autores destacan César A. Chacaltana Budiel del Ingemmet, el alemán Björn Kröger del Museo de Historia Natural de Helsinki, y el español Juan Carlos Gutiérrez-Marco del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid.

“Los próximos pasos son la determinación de nuevos especímenes paleontológicos que están en curso con las investigaciones que se están realizando”, señaló el Ing. Chacaltana, también coautor del estudio.

Los fósiles descritos se encuentran ahora resguardados en la colección paleontológica del INGEMMET, entidad que es el ente rector de la paleontología nacional y lidera la protección del patrimonio paleontológico peruano conforme a la Ley 31204.

* La imagen principal es recreación de un cefalópodo que habitó el Periodo Ordovicico. Créditos: Beth Zaiken/Blue Rhino Studio