Educadores de Calle: profesionales con vocación de servicio

Frente a la situación de miles de niñas, niños y adolescentes que en el país se encuentran en trabajo infantil, vida en calle o mendicidad, el Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif), del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), despliega el Servicio de Educadores de Calle (SEC), con la finalidad de restituir sus derechos fundamentales e integrarlos en forma adecuada a la sociedad.

Para ello, un equipo de profesionales de las ciencias sociales, diariamente recorre los lugares donde usualmente deambulan niñas, niños y adolescentes en situación de calle que, tras abordarlos y ganarse su confianza, les brinda acompañamiento y apoyo con el objetivo de garantizar sus derechos de vivir en familia, estudiar, contar con una identidad, acceso al sistema de salud, alimentación, recreación y protección frente al abandono, la crueldad o la explotación. 

Asimismo, desarrolla procesos educativos formativos que involucran a sus familias e instituciones de la comunidad, para fortalecer sus habilidades blandas y atender sus necesidades específicas, como la obtención de su documento nacional de identidad, vacantes en centros de estudio, atención en salud, consejería y apoyo personal.

En esta labor, muchas veces las/os educadores están expuestos a riesgos propios de transitar por zonas peligrosas y en horarios de poca concurrencia; sin embargo, su vocación de servicio los anima a afrontar las adversidades y seguir hasta conseguir sus objetivos.

“La educadora o el educador de calle desarrolla su trabajo en el mismo lugar donde se encuentran las niñas, niños y adolescentes en situación de riesgo, establecemos un vínculo de confianza con ellos y su familia, lo que nos permite implementar estrategias para generar los cambios progresivos que esperamos”, dice Clody Guillén Albán, coordinador del SEC del Inabif.

Asimismo, refiere que las niñas, niños y adolescentes en situación de calle a menudo sufren de depresión, ansiedad y trauma, lo que puede conducir al abuso de sustancias y otros riesgos, por lo que los profesionales de su unidad asumen un compromiso que va más allá de la relación estrictamente laboral.

“Lo hacemos por amor a la carrera, por vocación, porque nos gusta ver sus caritas felices cuando uno llega. A veces son las madres que están con esperanza cero y de pronto llega alguien para escuchar su desahogo, una amiga, a quien le pueden expresar sus sentimientos”, sostiene, por su parte, María del Carmen Apestigue García, educadora de la zona Ate, en Lima.

“Si bien es cierto que tenemos una relación profesional con la institución, muchos estamos involucrados con el corazón", remarca.

Desde 1998, cada 31 de enero se celebra el Día de los Educadores de Calle del Inabif, instaurado según Resolución Presidencial 066/Inabif. 

La fecha guarda relación con la festividad a San Juan Bosco, quien dedicó su vida a la educación y formación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, especialmente los más pobres y marginados.