Joven con discapacidad auditiva aprende lenguaje de señas en centro especializado

Nota de prensa

Fotos: Sub Unidad de Comunicación e Imagen

Sub Unidad de Comunicación e Imagen

27 de julio de 2022 - 9:49 a. m.

Fiorella es una joven que traduce sus sueños en realidad. A sus 16 años de edad, esta residente con discapacidad auditiva, que vive en el Centro de Acogida Residencial (CAR) Matilde Pérez Palacios, del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif), convierte la dificultad en una oportunidad para lograr sus metas, como estudiar en un centro especializado.

Para ella, la disminución que tiene en la capacidad de escuchar a niveles habituales, no le significa impedimento si de forjar sus proyectos de vida se trata. Es por ello que, con el apoyo de tutores y directivos del CAR que la cobija, ha iniciado estudios en el Centro de Educación Básica Especial (CEBE) 07 La Inmaculada, en Barranco, para aprender el lenguaje de señas que le permitirá acceder a un mundo de posibilidades.

Sus nuevas profesoras refieren que es una estudiante muy feliz y que aprovecha al máximo la oportunidad de interactuar con otras personas sordas, se integra con facilidad y comparte con sus compañeros de clase los aprendizajes que lo llevan a conocer ese entorno donde viven millones de personas sordas cuya primera lengua no es la hablada.

El CEBE 07 es una institución pública de gestión privada, que brinda atención a niños sordos desde 1936 bajo la conducción de la Congregación Religiosa Franciscanas de la Inmaculada, en convenio con la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) 07 de San Borja, Lima.

“Nos sentimos orgullosos de Fiore, como la llamamos todos, por habernos demostrado que sí se puede cuando brindamos oportunidades. Hoy nos enseña, con su talento para comunicarse, que quiere y puede aprender su lenguaje natural: el lenguaje de señas”, sostiene Christian Iparraguirre Ñique, director del CAR Matilde Pérez Palacios.

Refiere además que Fiorella “ha recibido escolaridad desde pequeña, sin embargo, la educación de la población sorda debe darse en instituciones especializadas. Según el grado de discapacidad auditiva veremos grandes avances en el desarrollo cognitivo, en el desarrollo de su lenguaje y en la manera que aprenderá a comunicarse”, puntualiza.

Para el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), las personas con discapacidad, al igual que cualquier otra, tienen el derecho inalienable de acceder a una educación de calidad. En ese sentido, garantizar que las personas sordas tengan acceso a la educación en lenguaje de señas para maximizar su potencial, es un acto de ejercicio de derechos que el Estado está en la obligación de garantizar.