GRACIAS A GESTIÓN Y PROTECCIÓN DEL MIMP, MADRE ADOLESCENTE RETORNÓ A SU PAÍS DE ORIGEN

Nota de prensa
La menor de edad es de nacionalidad boliviana. Ella, junto a sus dos menores hijos, estuvo albergada en el refugio temporal “Mi Casita”.

Fotos: Sub Unidad de Comunicación e Imagen

Sub Unidad de Comunicación e Imagen

15 de setiembre de 2020 - 12:00 p. m.

Antes de llegar al refugio temporal del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), la vida de Y.E.R. (16 años) estuvo llena de violencia, debido a que su pareja, de nacionalidad peruana y padre de sus dos pequeños hijos, la maltrataba física y psicológicamente.

Ante ello, el MIMP logró rescatarla de ese mundo, brindándole cariño y protección en el Refugio Temporal “Mi Casita”, administrado por el Inabif, donde encontró alivio y seguridad. Tras las gestiones realizadas, con el apoyo del Consulado de Bolivia, Y.E.R. y sus hijos ya se encuentran en tierras bolivianas, junto a su familia. “Cumplimos nuestra labor de transformar vidas”, señaló el Director Ejecutivo del Inabif, José Manuel Villaorduña Aristondo.

Atención integral

El 20 de abril de este año, durante el estado de emergencia nacional, la menor de edad y sus dos hijos fueron recibidos por los profesionales del Inabif en el refugio temporal “Mi Casita”. La madre adolescente recuerda que estuvo muy nerviosa por todos los cambios que experimentaba. Sin embargo, se sintió más tranquila con el buen trato de parte de su cuidadora. “Ella me hizo sentir bien, como lo hacía mi madre, quien murió cuando yo tenía 14 años”, confesó.

Entre los buenos consejos que ha recibido, recuerda los brindados por las educadoras Gloria, María y Joseline que forman parte del personal del servicio. Ellas le pidieron que estudie para “sacar adelante” a sus dos hijos. Precisamente, ello es lo que Y.E.R. planea hacer en su tierra natal, Bolivia.

También, Y.E.R. prometió que jamás olvidará a las amigas que conoció en el refugio, con quienes jugó alegres partidos de vóley y participó en la elaboración de pulseras, manualidades y cuidado personal. Estos talleres se desarrollan dentro del refugio para potenciar capacidades y fortalecer habilidades de las jóvenes residentes. Mientras que los hijos estuvieron en espacios de juego, afecto y protección.

Cabe precisar que, la implementación de los refugios temporales se dio el marco de la pandemia, cumpliendo con el Decreto de Urgencia Nº 029-2020. En total, son tres refugios, en los cuales el MIMP protege a la población vulnerable durante el periodo de la emergencia sanitaria. A través del Inabif, se asumió esta responsabilidad con niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad en abandono.

Dos refugios temporales, ubicados en Pueblo Libre y San Juan de Lurigancho, atienden a niñas, madres adolescentes, niños y adolescentes en desprotección familiar, respectivamente. En estos espacios, se les brinda alojamiento, alimentación saludable, servicios médicos, recreación, y soporte socioemocional. Desde el inicio de la emergencia nacional, en los refugios temporales, se han atendido en total a 108 menores de edad sin cuidados parentales.

Nueva vida

Antes de partir rumbo al aeropuerto y subir al avión que la llevaría a Bolivia, Y.E.R y sus amigas juntaron las pulseras que ella elaboró en unos de los talleres. Emocionadas, sus compañeras le desearon un futuro mejor, uno sin violencia, con sus dos hijos de 2 y 3 años de edad, y junto a su familia boliviana, que esperaban desde hace mucho tiempo su retorno al hogar.

“¡Gracias a todo el personal del Inabif por protegernos durante nuestra estancia en el refugio!”, fueron sus últimas palabras al subir al taxi que la transportó hacia el aeropuerto.

En una de las sillas del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez está la adolescente en compañía del representante del consulado de Bolivia. Sabe que serán 3 horas de vuelo hasta su país, pero no tiene miedo. Con sus hijos de la mano y todo lo recibido en el Inabif, sabe que el futuro será mejor, pues se lleva el amor de tanta gente buena y comprometida con su trabajo.

Este feliz desenlace es el fruto de un acompañamiento realizado durante 125 días por el personal del refugio temporal “Mi Casita”, tiempo en el cual Y.E.R. con sus hijos (menores de edad) estuvieron alojados y, también, donde ella aprendió a valorarse y empoderarse como mujer y madre. Ella sabe que su vida dará un giro de 360°, porque vivirá con la tranquilidad que siempre esperó tener.