JÓVENES CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL EMPIEZAN A TRABAJAR EN PANADERÍA CON MIRAS A LOGRAR UNA VIDA INDEPENDIENTE

Nota de prensa

7 de mayo de 2014 - 12:00 a. m.

Seis jóvenes con discapacidad intelectual acogidos por el Inabif vienen ejerciendo el oficio de panadería en una microempresa familiar, como una forma de empezar su inclusión en el espacio laboral y dar los primeros pasos para conseguir una vida independiente en un futuro cercano.

Este es el primer caso de inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual en estado de abandono, protegidos por el Estado, que se realiza en el país.

Los seis residentes del Centro de Atención Residencial (CAR) Renacer, cuyas edades van entre 20 y 31 años, trabajan desde el mes de marzo de este año en la empresa Forjadores de un Mañana Diferente y Especial (FOMDE), donde realizan kekes, cupcakes, pasteles, empanadas, alfajores, chocotejas, entre otros productos deliciosos.

Cada día, de lunes a viernes, este grupo de jóvenes se levantan muy temprano, desayuna junto con los demás residentes del (CAR) Renacer, en San Miguel, preparan sus loncheras, y con sus mochilas al hombro van caminando hasta su centro de labores.

Ellos, cuatro hombres y dos mujeres, caminan solos las seis o siete cuadras que separan el CAR de su centro de trabajo, porque eso también les ayuda a tener más confianza en sí mismos. A las 8 de la mañana, ellos ya están marcando tarjeta como muchos trabajadores del país.

Ya con sus uniformes de panaderos puestos, empiezan a preparar la masa, a medir (pesar) los ingredientes, a alistar los sabores, en fin, a hacer todo lo necesario para obtener en algunas horas los deliciosos productos que preparan a diario, según los pedidos que van recibiendo.

Detrás de sus máscaras aparecen sonrisas cuando se les pregunta si les gusta esta nueva etapa de sus vidas. “Sí, me gusta preparar kekes, me gusta trabajar”, dice uno de ellos. “Preparamos alfajores, empanadas, todo según lo que hemos aprendido”, señala otro de ellos.

Por ahora solo trabajan hasta la 1 pm, pues los pedidos que reciben no son muchos, pero no dejan de ir a trabajar ningún día. El sicólogo William Mena, director del CAR Renacer, dice que incluso han dejado de ir a paseos con otros residentes porque decían: “Tenemos que ir a trabajar”.

La inclusión laboral de estos jóvenes se enmarca dentro del programa de Vida Independiente del Inabif, cuya meta es que los residentes con discapacidad intelectual puedan generar recursos, valerse por sí mismos y reinsertarse en la sociedad en un futuro próximo, siempre bajo la supervisión del Inabif, programa del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).

“Este es un inicio para que los residentes del CAR Renacer, con discapacidad intelectual, puedan ir sintiéndose más independientes en las labores habituales de todo joven, recuperando, en este caso, el derecho a trabajar, a disfrutar de su ciudadanía, como cualquier persona”, dijo Mena.