Niños de aldea San Ricardo desarrollan capacidades a través de diversos talleres
Nota de prensaLa convivencia en ‘casas familiares’ les permite desarrollar y fortalecer su personalidad.




15 de febrero de 2012 - 12:00 a. m.
Los 88 niños y adolescentes que conviven en el Centro de Atención Residencial (CAR) del Inabif, aldea San Ricardo del distrito de Ate, pasan sus días descubriendo, desarrollando y reforzando sus capacidades personales a través de los diversos talleres que en este hogar se les brinda.
Es así que los pequeños disfrutan, y a la vez aprenden en los talleres de danza, aeróbicos, costura y manualidades. Dentro de lo que es disciplinas deportivas con las clases de fulbito y el vóley; y, en lo que es capacitación, en el taller de computación e informática, tan necesario en la actualidad.
Otra actividad de importante relevancia es la labor que realizan los menores varones en el biohuerto donde cultivan diversos sembríos como la lechuga, palta, alfalfa, acelga, rabanito, tubérculos como el camote, todos productos que sirven para su propio consumo.
Respecto a lo que son talleres netamente recreativos, los menores residentes de la aldea tiene a su disposición la piscina en la que disfrutan de manera ordenada gratos momentos en el día; así también lo que es la práctica del skate y bicicleta que tanto les agrada.
La directora (e) Lic. Martha Fuentes muestra su satisfacción por el progreso que se observa en los niños y adolescentes residentes. Nos comenta que, por ejemplo, se espera ampliar el biohuerto a fin que los chicos se capaciten en el cultivo de semillas y otras especies, lo que les ayudará en su futuro.
En la aldea San Ricardo, los menores residentes viven en nueve casas, cada una con su madre cuidadora. Aquí conviven como un verdadero hogar, pues en cada uno de estos espacios la madre se ocupa de lavar, cocinar y atender a los niños menores con apoyo de los más grandecitos y convivir de manera cotidiana como una verdadera familia.
Esta convivencia ayuda mucho a los menores pues refuerza su autoestima al tener una figura de hogar constituido en sus vidas, permitiéndoles crecer con seguridad y afecto hacia los miembros de su comunidad, lo que se verá reflejado cuando adultos.
Esto es parte del trabajo que realiza el Inabif a través de sus 38 Centros de Atención Residencial (CAR) y que tiene como objeto apoyar a los menores que se encuentren en estado de vulnerabilidad, fortaleciendo y desarrollando sus capacidades para convertirlos en personas útiles a la sociedad, comunidad y familia en particular.
Es así que los pequeños disfrutan, y a la vez aprenden en los talleres de danza, aeróbicos, costura y manualidades. Dentro de lo que es disciplinas deportivas con las clases de fulbito y el vóley; y, en lo que es capacitación, en el taller de computación e informática, tan necesario en la actualidad.
Otra actividad de importante relevancia es la labor que realizan los menores varones en el biohuerto donde cultivan diversos sembríos como la lechuga, palta, alfalfa, acelga, rabanito, tubérculos como el camote, todos productos que sirven para su propio consumo.
Respecto a lo que son talleres netamente recreativos, los menores residentes de la aldea tiene a su disposición la piscina en la que disfrutan de manera ordenada gratos momentos en el día; así también lo que es la práctica del skate y bicicleta que tanto les agrada.
La directora (e) Lic. Martha Fuentes muestra su satisfacción por el progreso que se observa en los niños y adolescentes residentes. Nos comenta que, por ejemplo, se espera ampliar el biohuerto a fin que los chicos se capaciten en el cultivo de semillas y otras especies, lo que les ayudará en su futuro.
En la aldea San Ricardo, los menores residentes viven en nueve casas, cada una con su madre cuidadora. Aquí conviven como un verdadero hogar, pues en cada uno de estos espacios la madre se ocupa de lavar, cocinar y atender a los niños menores con apoyo de los más grandecitos y convivir de manera cotidiana como una verdadera familia.
Esta convivencia ayuda mucho a los menores pues refuerza su autoestima al tener una figura de hogar constituido en sus vidas, permitiéndoles crecer con seguridad y afecto hacia los miembros de su comunidad, lo que se verá reflejado cuando adultos.
Esto es parte del trabajo que realiza el Inabif a través de sus 38 Centros de Atención Residencial (CAR) y que tiene como objeto apoyar a los menores que se encuentren en estado de vulnerabilidad, fortaleciendo y desarrollando sus capacidades para convertirlos en personas útiles a la sociedad, comunidad y familia en particular.