Veda del bonito en todo el litoral peruano busca asegurar la sostenibilidad del recurso y proteger su ciclo reproductivo

Nota de prensa
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1 de noviembre de 2025 - 8:53 a. m.

El Instituto del Mar del Perú - IMARPE desempeña un papel fundamental en la conservación del bonito y de los demás recursos hidrobiológicos del mar peruano. A lo largo del año, sus especialistas monitorean el comportamiento de esta especie, con especial atención a su ciclo reproductivo. Gracias a este seguimiento científico permanente, es posible determinar el inicio de su periodo de mayor actividad reproductiva. Con base en dicha información, IMARPE emite las recomendaciones técnicas al Ministerio de la Producción (PRODUCE), entidad responsable de establecer la veda, una medida clave para proteger al recurso y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

Es así que en cumplimiento de la Resolución Ministerial N.º 00331-2025-PRODUCE, emitida el 3 de octubre de 2025, a partir del 1 de noviembre se inicia la veda reproductiva del recurso bonito (Sarda chiliensis chiliensis) en todo el ámbito marítimo bajo jurisdicción peruana. La medida se extenderá hasta el 30 de noviembre de 2025, lapso durante el cual queda prohibida toda actividad extractiva, de transporte, procesamiento, comercialización o almacenamiento del recurso, salvo que se cuente con documentación que acredite que la captura se realizó antes del inicio de la veda.

El bonito, es una especie característica de las aguas superficiales del mar peruano y chileno, es un recurso clave tanto ecológica como económicamente. Puede vivir hasta siete años y alcanza su madurez sexual alrededor de los dos años. Su periodo de mayor actividad reproductiva ocurre entre octubre y diciembre, coincidiendo con la primavera austral, cuando se agrupa cerca de la costa para desovar.

Durante esta época, el bonito libera millones de huevos que se desarrollan en las cálidas aguas del norte y centro del Perú, donde la temperatura oscila entre 15 y 22 °C, condiciones óptimas para el crecimiento de larvas y juveniles. La veda reproductiva tiene precisamente como objetivo proteger este proceso biológico y asegurar la renovación natural de la población del recurso.

Este recurso no solo tiene importancia económica por su alto consumo en la gastronomía nacional, sino también ecológica, al formar parte de la cadena trófica marina como depredador y presa de otras especies. Sin embargo, es una especie sensible a los cambios ambientales, como el aumento de la temperatura del mar durante los eventos El Niño, lo que puede modificar su distribución y abundancia.

La aplicación y el cumplimiento de esta veda son fundamentales para preservar la sostenibilidad del recurso. Permitir que el bonito se reproduzca en condiciones adecuadas contribuye a mantener la productividad del ecosistema y garantiza la continuidad de una actividad que constituye el sustento de miles de familias a lo largo del litoral.